97 personas fallecidas y 942 heridos es el saldo de los intensos enfrentamientos este fin de semana en Sudán entre el Ejército y el grupo Paramilitar FAR
abril 17, 2023
Redacción Xalapa.- Luego de tres días de intensos enfrentamientos entre el Ejército de Sudán y el grupo Paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) en Sudán, han dejado hasta ahora un saldo de al menos 97 personas fallecidas, además de 942 heridos, comunicó el Comité Central de Médicos del país africano.
No obstante, el mismo organismo ha declarado que la cifra de víctimas es superior, ya que los equipos de emergencia no han logrado acceder a algunas zonas al oeste del país africano debido a bloqueos de vialidades.
Del mismo modo, el comité denunció que militares han estado usando como refugios las instalaciones médicas, lo cual es un crimen, ya que utilizar hospitales con fines bélicos es un acto contra la humanidad, contra los valores y la moral.
Los hechos empezaron el sábado debido a una una lucha por el poder entre los dos generales que protagonizaron un golpe de Estado en 2021: el jefe del ejército, Abdel Fatah Burhan, y el jefe de las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), general Mohamed Hamdan Daglo, conocido como Hemedti.
Hasta ahora, la capital de Sudán, Jartum, es la más afectada, ya que ha sido el escenario principal de la mayoría de los enfrentamientos, además de ser sede de la comandancia de las Fuerzas Armadas y del Palacio Presidencial, lugar donde se localiza la residencia de Abdelfatah al Burhan, líder del Ejército.
Militares han asegurado que controlan en gran parte las instalaciones militares e infraestructura en aquella ciudad, además de haber desplazado a las FAR del aeropuerto de Merowe, situado al norte del país, además de otras regiones.
El domingo, la ONU habría propuesto establecer corredores humanitarios y cesar los combates en zonas residenciales al menos por tres horas, propuesta que aceptó el Ejército y las FAR, tiempo en el cual lograron la evacuación de más de mil ciudadanos de la capital, los residentes se habrían quedado sin agua ni electricidad, estaban atrincherados en sus casas con temor a que los ataques pudieran ir dirigidos hacia ellos.