octubre 16, 2019
Otro tabasqueño, Tomás Garrido Canabal, líder político radical, anticlerical, anticorrupción, casado con sus ideales de limpiar la vida pública del país. Aparte de todo eso, fue un genetista visionario de la ganadería de los mayores rangos internacionales. Por ello, después de ser gobernador de su tierra natal, Lázaro Cárdenas lo designó secretario de Agricultura, cuando esos puestos valían.
Fue cuando trajo al mejor ejemplar de la raza indo-brasileña para formar un sólido pie de cría de doble propósito, lo que en Tabasco generó una gran expectación El alboroto de la multitud congregada en los muelles de Villahermosa era porque se le había informado que llegaba un nuevo Obispo. Todos lo fueron a recibir.
Cuando se descubrió que «El Obispo» era un toro semental, se desató la ira de la clerigalla, recrudeciendo los agravios cristeros. Los vicarios montaron en santa cólera, pues hasta ellos llegaron a pensar que desde Roma habían mandado a un prelado que reencauzara la evangelización en ese estado. Cayeron en la treta.
Muerto Garrido, al secretario de Agricultura de Miguel Alemán, Nazario Ortiz Garza, se le ocurrió, para quedar bien con el Presidente y con los gringos, que la raza indo-brasileña que había traído Garrido Canabal era la causante de la epizootia de fiebre aftosa de los vacunos del trópico húmedo.
La fiebre aftosa fue una treta de gringos y entreguistas locales
Todo era una engañifa del secretario de Agricultura. La fiebre aftosa producía granos en el paladar de los animales que les impedía comer, y los mataba por desnutrición. Era bacteriana. Jamás se trató de una epizootia masiva que fuese a transmitir un virus infeccioso y mortal incluso para los seres humanos.
Ortiz Garza llevó a cabo una escabechina de proporciones gigantescas, acompañado por dos mozos de estoque que abrían las puertas de las oficinas para conceder indulgencias políticas: Carlos Abedrop, después banquero rescatado por el Fobaproa, y Raúl Salinas Lozano, padre de los innombrables. No quedó un sólo semental ni para recuerdo.
Cientos de miles de ejemplares de alto registro fueron aniquilados y desaparecieron en enormes fosas abiertas en sus terrenos. Los viejos ganaderos, conocedores de que se trataba de un engaño, escondieron algunos ejemplares en las sierras, hasta que el tiempo los extinguió por completo. Pero la actual ganadería mexicana guarda sus saldos en los nuevos campeones de su raza.
Los “políticos” se volvieron ricos ganaderos. Puro ganar, ganar
Para los gringos, la campaña contra la famosa fiebre aftosa fue el gran pretexto para promover la instalación del terror ganadero y de paso introducir al mercado los animales de raza Brahman americano, más chaparritos, menos eficientes, que coincidentemente ellos tenían por montones.
Los Brahman americanos jamás se acercaron siquiera un poco a los rendimientos que en leche y carne generaba el indobrasil. Además el enorme cuerpo del cebú indobrasil lo hacía más resistente a las inclemencias geográficas y climáticas de los terrenos costeros.
Se repitió la vieja película donde los apaches y los sioux, armados hasta los dientes, eran los que exterminaban a los valientes cowboys que sólo querían conquistar el Oeste, para quitarle lo salvaje, así, desinteresadamente. Historias de salvajes y de ambiciosos.
Desde entonces, los políticos nylon tuvieron la puerta abierta para ser campeones ganaderos: se metieron en el negocio del contrabando de semen en peroles lecheros, provenientes de Brasil, seguros de que en las oficinas aduanales y agencias veterinarias no serían molestados con ningún pétalo. Lo de siempre.
La 4T desaparece Senasica. Puerta abierta a ganado sospechoso
Viene a cuento porque el nuevo régimen acaba de recortar inexplicablemente el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria, Senasica, que ya había retirado algunas concesiones orientadas a proteger el patrimonio agroalimentario de plagas y enfermedades exóticas que ponían en riesgo la producción nacional y la salud de los habitantes.
Pero no contento con lo anterior, también acaba de introducir –en estos momentos lo está haciendo– miles de cabezas de ganado centroamericano por El Ceibo, el puerto limítrofe de las fronteras tabasqueñas con Guatemala y Belice. Sin licencia sanitaria. Senasica ya no es el obstáculo, casi desapareció.
Sin control de calidad, sin licencia sanitaria, sin pudor, miles de cabezas de ganado de dudosa procedencia, están inundando el mercado tropical. Y aparte de la competencia desleal con la ganadería local, está el peligro extremo para el consumo y la salud de los hablantes nacionales, pues pronto lo tendremos sobre la mesa.
¡Increíble! Tabasco, la entidad más burlada por los de la 4T
Parece que no ha sido suficiente para la Cuarta Transformación enterarse de que, por errores administrativos, el dengue, el sarampión, la poliomielitis, el cáncer, entre otros, más las epidemias tropicales, hacen presa de la salud y de la vida de millones de mexicanos.
Todavía se tienta a la suerte. Tabasco, el estado que más aportó en votos para el triunfo de su paisano, está que arde de indignación. Ha sido objeto de todas las burlas y ridículos, desde la llamada Ley Garrote, hasta la exoneración de Arturo Núñez Jiménez y del premio de la capitalina Alcaldía Cuauhtémoc para su hijín.
Incertidumbre, desempleo, enfermedades y miseria alimentaria
Garrido Canabal, satanizado hasta la fecha, era más radical, pero más contundente y más serio en sus propósitos. Vidas paralelas, dijera el gran filósofo Plutarco, entre los de ahora no hay uno solo que entienda las jerarquías, las preeminencias y las estrategias contra la corrupción.
Creen que se aplica a partir de la tolerancia cero, y están provocando desastres e intolerancias mil. Todo por un miedo entrañable e inexplicable de haber puesto el ejemplo en la consignación de los altos personajes que han capitalizado en su provecho la corrupción endémica. Provocan todo lo contrario: incertidumbre, desempleo, enfermedades y miseria alimentaria.
Por ejemplo, esa decisión de la “científica” Claudia Sheinbaum por echar todos los perros de presa, a través del INVEA a los medianos y pequeños empresarios que no cumplan con alguna ocurrencia administrativa o una piltrafa de moche burocrático va a generar una crisis mayor que la que se pretenda erradicar.
México, laboratorio de los desechos provenientes del exterior
Garrido Canabal era un visionario genetista. Trataba desde su enfoque de depurar la vida mexicana. Hoy no. Se abren las puertas indiscriminada y peligrosamente a verdaderos Jinetes del Apocalipsis que nos van a llevar más atrás de donde veníamos.
La inopinada importación de animales comestibles sin control sanitario y sin respeto a la competencia del mercado nacional es sólo el aviso de que se hará o dejará de hacerse lo que sea para quedar bien con los de hasta arriba.
México se está convirtiendo en el laboratorio no de una revolución, como dijo Cárdenas que Garrido había hecho de Tabasco, sino de los desechos provenientes del exterior.
¿No cree usted?
Índice Flamígero: El diputado local veracruzano y líder agrario Juan Carlos Molina, en declaraciones a mi colega Edgar Hernández, apuntó apenas que el del contrabando de ganado “es ya un asunto de seguridad nacional en el cual las autoridades federales deben intervenir cerrando la frontera sur antes de que recrudezcan las presiones de la Casa Blanca que se ha sumado al reclamo”. Dijo, asimismo que han transcurrido más de diez meses desde el último reclamo de los ganaderos organizados de ambas naciones, quienes llevan dos décadas de merma en la producción y suministro al mercado nacional de ganado legal y sin enfermedades, ante el embate ilegal de reses –la mayoría enfermas de tuberculosis y brucelosis–procedentes de Honduras. Ello ha dado lugar a que una empresa multinacional –Sukarne–acapare el mercado de carne enferma a bajo precio con el que tiene inundado el consumo nacional. Sukarne, usted lo sabe, es propiedad del sinaloense Jesús Vizcarra Calderón, a quien EPN quería convertir en gobernador y quien, eso sí, recibió subsidios millonarios desviados de partidas con las que antes se apoyaba a las familias más pobres del campo mexicano.