Reciclar no es crear economía circular
Redacción/Notimex.- El mundo vive un modelo de producción y consumo lineales, basados en fabricar, comprar, usar y tirar, que lleva al agotamiento de los recursos naturales y a un fuerte impacto por la cantidad de residuos que se generan y que presentan al reciclaje como una receta que resuelve todos los problemas.
El Foro Económico Mundial (WEF por sus siglas en inglés) alerta que no es así. Los productos que tiramos requieren procesos de recuperación y costosos tratamientos que permitan recuperar, parcialmente, algunos materiales y convertirlos en materias primas, que compiten con las más baratas, extraídas directamente de la naturaleza.
Para construir una economía circular debe descartarse el reciclaje, que sólo tiene sentido en una economía lineal, donde los fabricantes se desentienden de los productos que ponen en el mercado.
Uno de los principales retos de la economía circular es gestionar los recursos limitados del planeta para evitar el colapso al que nos lleva el modelo de usar y tirar. Las prioridades deberían pasar por la prevención. El costo social, económico y ambiental de recuperar un producto y repararlo es mucho menor que el de fabricarlo nuevo desde sus residuos.
El reciclaje no siempre es económica o energéticamente viable, aunque es necesario para reducir el impacto de los residuos; no mantiene ni aumenta el valor de los productos fabricados ni consigue cerrar el ciclo de producción. Se necesita reciclar más y mejor, pero sólo como una etapa de transición hacia la economía circular, basada en la prevención y en la reutilización.
En la economía circular se diseña para que los productos puedan reutilizarse varias veces, por lo que su esperanza de vida se alarga con mantenimiento, reparación, redistribución, reacondicionamiento o ciclos de remanufactura, evitando su entrada al ciclo de reducción de valor y alto consumo de energía que supone el reciclaje.
El reciclaje requiere de grandes desplazamientos de materiales, que podrían prevenirse cerrando los ciclos de producción y consumo cerca de los usuarios.
Las políticas basadas en estrategias de reutilización, redistribución o remanufactura implican incluir una variable en la reducción del impacto del modelo de producción: la durabilidad, que reduce los costos y los riesgos de producir para usar y tirar contra la planificación de productos duraderos, donde el valor se consigue en su mantenimiento a largo plazo.
La economía circular se debería apartar de las actividades que devalúan los productos y los materiales y enfocarse en la reutilización y remanufactura, procesos que ayudan a mantener o incrementar su valor, en un enfoque que aporta empleos más sostenibles, para cuya creación no se requiere consumir más recursos, ya que se basan en el mantenimiento de lo que ya se ha fabricado.
Recomienda el Foro Económico Mundial evitar relacionar la economía circular con el reciclaje y buscar modelos que permitan aumentar los ciclos vitales de los productos, al evitar su conversión en residuos mediante un diseño enfocado a alargar su vida útil y a darle por eso un valor agregado.
Esto permitiría reducir el consumo de recursos y energía necesarios para fabricar productos nuevos, desplazando mano de obra a la reutilización y el mantenimiento de productos, en una economía circular bien entendida que crearía oportunidades para todos, activando una nueva relación entre fabricantes y consumidores, concluye el Foro.