Desaparecen glaciares mexicanos
*El Popocatépetl ya perdió el suyo; el Iztaccíhuatl conserva cinco cuerpos de hielo y el Pico de Orizaba se deshiela.
enero 15, 2020
México/Notimex. México pierde sus glaciares: el del Popocatépetl se declaró extinto en el año 2001; el Iztaccíhuatl conserva cinco de sus 11 cuerpos de hielo y el Pico de Orizaba se deshiela lentamente, informó Hugo Delgado Granados, investigador del Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Los glaciares son cuerpos de agua en forma sólida, que en época de secas se funden y aportan agua a las escorrentías sobre las cuencas que irrigan y a los mantos acuíferos. Si desaparecen los glaciares, simple y sencillamente disminuyen los flujos y no hay agua.
Los volcanes Iztaccíhuatl (Mujer dormida), Popocatépetl (Cerro que humea) y Citlaltépetl (Cerro de la estrella o Pico de Orizaba) tienen una altitud superior a los cinco mil 200 metros, altitud que permite la preservación de hielo. El Iztaccíhuatl, de 5 mil 240 m, aún cuenta con cinco zonas glaciares (uno en el pecho, otro en la “panza”, y tres en el suroriente), comparados con los once que llegó a tener hace tiempo, pero en cualquier momento pueden desaparecer. Está cerca del límite, advirtió el investigador.
Respecto del Popocatépetl, un volcán situado a 5 mil 420 m, sus glaciares desaparecieron debido a la actividad eruptiva. En cuanto al Citlaltépetl (Pico de Orizaba), una montaña de 5 mil 670 m de altitud, su sistema glacial ha venido retrocediendo de manera paulatina. Tiene mayor probabilidad de sobrevivir, bajo un pronóstico reservado por los cambios en el clima global. “Podría permanecer dos o tres décadas más”, señaló el científico.
“Si la temperatura ambiente global en el planeta disminuye, los glaciares crecen; si aumenta, los hace desaparecer. En el contexto mundial, los glaciares están desapareciendo de manera diferenciada. En los últimos años el retroceso es notable, advirtió Delgado Granados. Eventualmente, se sentirán otros efectos, declaró el director del Instituto de Geofísica. Cuando desaparezcan los glaciares del Iztaccíhuatl provocarán un cambio en el clima local porque el color claro de la nieve y el hielo reflejan la radiación solar y, al desaparecer quedará la roca desnuda que, en vez de reflejar la radiación, la absorberá y podría haber un aumento de temperatura adicional.
Esta situación debe considerarse seriamente porque es irreversible, de ahí que el género humano tenga que buscar la manera de adaptarse a cambios en el clima, la temperatura y la precipitación pluvial.
El retroceso al que están expuestos los glaciares mexicanos es impredecible, porque suma el efecto antropogénico con el proceso natural, por lo que debe alentarse el cuidado del ambiente y evitar la emisión de gases de efecto invernadero.
“Somos testigos de la desaparición de cuerpos glaciares, por lo que es determinante llevar a cabo tareas que permitan saber cómo se va a adaptar la población a un cambio de ambiente y de paisaje”.
Considera que “es tiempo de que la población escuche a los científicos acerca del ambiente y la forma en que el clima se está modificando, pero más allá de preocuparse por los datos científicos, hay que ocuparse por mejorar las condiciones ambientales que vamos a heredar a las generaciones siguientes”.