Alexandro Guerrero rinde homenaje a Carlos Montemayor
México. Notimex. Música tradicional y latinoamericana, más un interesante trabajo de improvisación y acoplamiento de instrumentos (guitarra, contrabajo, saxofón y voz), ritmos todos que por su naturaleza son contestatarios, se escuchó en la Capilla Gótica del Centro Cultural Helénico durante el homenaje que el guitarrista, compositor y cantante Alexandro Guerrero rindió al escritor Carlos Montemayor, quien falleciera el 28 de febrero de 2010.
Para Guerrero son ya 10 años consecutivos de organizar y rendir un tributo sonoro al también poeta chihuahuense, nacido el 13 de junio de 1947 en Parral. Esta cita anual surge de la admiración al autor, al intelectual, al activista, al traductor, al maestro, al músico y al tenor, pero también al ser humano generoso, afectuoso, a quien conoció por medio de una de sus hijas.
Al término del concierto, Guerrero dijo a Notimex que una de las cosas que más admiraba del defensor de las lenguas originarias era que nunca paraba de trabajar, de crear. “No sé cómo le hacía; fue un hombre fuera de serie, era alguien que amaba la música tanto como las letras, pero también la fiesta, esto que estamos haciendo ahorita, de platicar, de abrazarnos”.
Sin embargo, este modo de ser tan afable de Montemayor no impedía, recordó, que al mismo tiempo mantuviera firmes convicciones y se involucrara en cosas muy peligrosas, como cuando fue intermediario del Ejército Popular Revolucionario en 2008 ante al gobierno o que no parara nunca en su lucha en la promoción y defensa de las lenguas y las comunidades indígenas del país.
Cada Homenaje Sonoro a Carlos Montemayor está preparado de tal manera que el público pueda disfrutarlo, aunque no conozca la obra del chihuahuense. En esta ocasión, el programa estuvo compuesto por piezas musicales que Guerrero creó a partir de obras de Montemayor. En el escenario lo acompañaron la saxofonista Gisela Escalera Huacuja y la contrabajista Adriana Camacho.
Algunas de las piezas que interpretaron son “Guerra” (basada en la novela Guerra en el paraíso, 1997), “Fiesta” (inspirada en Poemas de abril, 1979), “Jornada hacia la luz” (de Adiós al poeta Tito Maniacco, 2010), “Operativo” (extraída del relato “Operativo en el trópico”, 1994) y “Apuntes del exilio” (adaptación del verso dos de «Apuntes del exilio», 2010). Mención aparte merece “Dejo las puertas abiertas”, uno de los poemas musicalizados de mayor trascendencia, que “invita a una reflexión donde los recuerdos confluyen”.