Reinventarán Milán para reducir la contaminación
abril 30, 2020
Notimex. Milán quiere evitar volver a sus formas contaminadas cuando se levante el bloqueo impuesto por la COVID-19, por lo que planea construir 35 kilómetros (km) de nuevas rutas para bicicletas y dar a los peatones más espacio. Incluso, el metro tendrá nuevas medidas para permitir el distanciamiento social.
El trabajo en esta ambiciosa transformación podría comenzar a principios de mayo de 2020.
Ahora que los políticos hablan de la nueva normalidad en un mundo cambiado por el coronavirus, Milán busca activamente ir más allá del fin del encierro, con planes para una ciudad mucho más limpia.
El concejal de Movilidad, Marco Granelli, dice que el esquema Calles Abiertas reducirá la contaminación y permitirá a los ciclistas y peatones moverse libremente por la ciudad a menudo estrangulada. El año pasado, el regulador ambiental de Italia nombró a Milán como la sexta ciudad más contaminada del país .
Granelli dice que el encierro en Milán, la capital de Lombardía, la provincia más afectada por la COVID-19, es una oportunidad para mirar hacia el futuro y planificar una ciudad donde la gente pueda disfrutar de vivir y trabajar sin la contaminación del tráfico.
Además, cree que el esquema ayudará a reiniciar la economía local de la ciudad. “Trabajamos durante años para reducir el uso del automóvil, porqiue si todos conducen, no hay espacio para que las personas puedan moverse ni para actividades comerciales fuera de las tiendas”.
“Queremos reabrir la economía, pero consideramos que deberíamos hacerlo de una forma diferente; tenemos que reimaginar a Milán en la nueva situación y tenemos que prepararnos. Por eso es importante defender incluso una parte de la economía, apoyar a bares, artesanos y restaurantes, porque las ciudades que tienen este tipo de economía tendrán una ventaja, y Milán quiere estar ahí”, añade.
El plan Calles Abiertas pretende crear 35 kilómetros de nuevas rutas para bicicletas en toda la ciudad, ampliar los pavimentos para peatones y reducir los espacios de estacionamiento para disuadir a los conductores de ingresar al centro de la ciudad, y el trabajo podría comenzar el próximo lunes.
Granelli también anunció planes para que el metro de la ciudad sea adecuado para el distanciamiento social, marcando espacios en vagones y estaciones que deben dejarse vacíos, incluso en las llamadas horas pico.
Considerada como la potencia comercial de Italia, el centro de Milán es una ciudad compacta de 1.4 millones de habitantes. Antes del confinamiento por el coronavirus, 1.37 millones de personas usaban el metro de la ciudad todos los días, aunque esa cifra incluía a viajeros de fuera de la ciudad.
El viaje promedio en Milán y Lombardía es menor a 8 km, según el Informe de Transporte Público Global 2019 y sólo 2 por ciento de las personas viaja diariamente en scooter o bicicleta. La ciudad ya tiene una zona de cobro por congestión, que también prohíbe la circulación de los vehículos más contaminantes en el centro.
Durante el aislamiento por el coronavirus, el uso del transporte público en Milán y la región de Lombardía disminuyó más de 88 por ciento. La principal calle comercial de la ciudad, Corso Buenos Aires, será la primera en recibir las nuevas medidas de reducción de tráfico, y el trabajo comenzará a principios de mayo. Las autoridades dicen que el resto del trabajo se completará a finales del verano.