Ana Elizabeth Isham, la mujer que murió en el Titanic por no abandonar a su perro
septiembre 23, 2020
Medio Tiempo. Sentada en uno de los botes salvavidas, mientras el Titanic poco a poco se hundía, Ana Elizabeth Isham, uno de los 2 mil 787 pasajeros que abordaron la embarcación, decidió no ser rescatada y morir ahogada junto a su perro, ya que no hubo espacio en el bote para el gran danés que la acompañaba en su viaje a Nueva York.
La historia de Elizabeth es una de las tantas historias que han surgido del hundimiento del Titanic la madrugada del 15 de abril de 1912, luego de tres días de haber zarpado desde el puerto de Liverpool, en Inglaterra.
Ana Elizabeth era hija de Edward Swift Isham, un abogado estadounidense que la crío en la ciudad de Chicago. Sin embargo, la última parte de su vida la hizo radicando en París, lugar de donde salió rumbo a Liverpool para tomar el barco y dirigirse a Nueva York para pasar el verano con uno de sus hermanos.
Según reportó The New York Times, Isham fue una de las cuatro pasajeras de primera clase que fallecieron en el hundimiento, pese a que por su posición eran de los grupos que tenían prioridad para ser rescatados.
E incluso estuvo sentada en uno de los botes salvavidas listo para ser puesto en el mar y alejarlo del peligro, sin embargo, y según platica el escritor Malcolm Croft en su libro, “Super Dogs: Hearts-warming Adventures of the World’s Greatest Dogs”, Ana Elizabeth decidió volver al Titanic cuando no le permitieron ser rescatada junto al gran danés.
Tres días después del naufragio, varias embarcaciones volvieron al lugar donde murieron mil 317 personas, entre ellas Ana Elizabeth Isham y su perro, uno de los 13 que fueron registrados en primera clase, ya que era el único lugar donde permitieron viajar con mascotas.