Vendedores de calaveritas y dulces de jamoncillos buscan preservar una tradición
Isabel Ortega/Xalapa.- Doña Aracely Herrera, se dedican a la venta de dulces para las ofrendas o altares de muerto, lleva dos décadas como una de las comerciantes que instala un puesto semifijo en la calle de Abasolo. Este año la pandemia generó incertidumbre por el permiso para instalarse, sin embargo, se arriesgaron a comprar mercancía.
La apuesta, es que, aun y cuando se ordene el cierre de panteones o se limite la movilidad en el centro de la ciudad, las familias siempre buscan dulces para colocar en la ofrenda de los fieles difuntos, y el Facebook es una opción para la venta.
La señora, de oficio comerciante, a diario atiende su cocina económica en el mercado Galeana, ubicado en Poeta Jesús Díaz, en el centro de la ciudad. En el último trimestre del año siempre busca un permiso para instalar un puesto semifijo para ofrecer productos de acuerdo con la época.
En octubre y noviembre comercializa calaveritas de azúcar, dulces de jamoncillo y canastas de papel; para diciembre la oferta es pastle, lama, esferas, figuras de yeso y Niño Dios, para el tradicional nacimiento.
La familia adquiere los productos de chocolate y azúcar en la ciudad de México; el jamoncillo lo compran en los municipios de Naolinco y Actopan, cuentan con al menos seis proveedores.
Doña Aracely, menciona que al inicio del mes viajó a la ciudad de México para comprar las calaveritas que empezó a ofrecer en su cocina económica al interior del mercado Galeana. También pensó en ofrecerlas en grupos de Facebook, pero cuando el municipio autorizó los permisos, decidió instalar su puesto.
El periodo de venta es corto, el permiso es vigente del 26 de octubre al 02 de noviembre, “el año pasado pagamos 700 pesos por dos metros, ahorita no sé cuánto vamos a pagar porque nos cobran al final del periodo”.
La comerciante dice que la situación es muy difícil, pero confía que la gente acudirá a comprar una o dos calaveritas. Los precios son accesibles, desde cinco hasta 45 pesos, pues la intención es recuperar la inversión.
“La pandemia nos afectó, nuestra expectativa es tener un colchoncito para lo que se pueda ofrecer el día de mañana, no sabemos cómo va a estar la situación”.
Las clases virtuales también impactaron sus ventas, la colocación de altares en las escuelas les generaba una mayor venta de productos, las mamás pasaban corriendo antes de clase. Hoy sus compradores se limitan a las familias que no pierden la tradición de colocar su altar de muertos.
“Pasa la gente y me dice es que ahorita no traigo, y se llevan uno o dos (dulces), solo para no perder la costumbre”. El horario de atención es de 7 y media de la mañana a las 9 de la noche.