Egresada UV: La importancia del Tlacuache
Redacción/Xalapa. En México los tlacuaches han sido poco estudiados a pesar de su importancia en el ámbito biológico pues proveen servicios ambientales como el control de pequeños vertebrados y dispersión de semillas, resaltó Scarlet Pérez Ramos, egresada de la Facultad de Ciencias Biológicas y Agropecuarias (FCBA) de la Universidad Veracruzana (UV), región Poza Rica-Tuxpan.
Durante la presentación virtual de su trabajo de tesis, el pasado 21 de septiembre, para obtener el título de Licenciada en Biología, la joven abordó el tema “Patrones de actividad de los didelfimorfos en la Laguna de Términos, Campeche”.
La investigación fue dirigida por Blanca Esther Raya Cruz, Álvaro José Villafañe Trujillo (codirector) y Christian Alejandro Delfín Alfonso (asesor). También intervino Juan Manuel Pech Canché; al final, los integrantes del jurado la aprobaron por unanimidad.
El objetivo del estudio realizado entre 2016 y 2017 fue analizar los patrones de actividad de tres especies de marsupiales mexicanos en la Laguna de Términos, Campeche; asimismo, cuantificar la sobreposición temporal que existe entre las especies de tlacuaches presentes en las zonas de estudio, e identificar los factores que influyen en la actividad de los didelfimorfos.
Scarlet Pérez dio a conocer que en el país existen ocho especies de tlacuaches distribuidos en siete géneros: Caluromys derbianus, Chironectes mínimus, Didelphis virginiana y marsupialis, Marmosa mexicana, Metachirus nudicaudatus, Philander opossum y Tlacuatzin canescens.
Con respecto a los patrones de actividad de los tlacuaches, es decir, el estudio de los estados de comportamiento básico que indican cuando una especie se encuentra en periodo de descanso o de actividad, señaló que éstos también han sido poco estudiados pues permiten conocer más la ecología de las especies, así como diseñar e implementar monitoreos y planes de conservación.
Mencionó que también están asociados a la búsqueda de recursos, comida, refugio, pareja; sin embargo, esto conlleva a un gasto de energía, costes fisiológicos, y a un intenso riesgo de ser depredados.
Éstos se ven influidos por factores como: la calidad y disponibilidad de alimentos, la duración del fotoperiodo, el transcurso entre estaciones en una misma localidad, el estado físico de los individuos, altitud, latitud y búsqueda de parejas.
Actualmente, una de las metodologías más utilizadas es el uso de las cámaras trampa, herramientas que causan menos estrés en el animal, proporcionan información valiosa y exacta en cuanto a fecha, hora, coordenadas y hasta temperatura.
Por ello, en su investigación, Scarlet trabajó con tres especies: Didelphis marsupialis, Didelphis virginiana y Philander opossum, dentro de la Unidad de Manejo Ambiental (UMA) Nicté-Há, situada en el estado de Campeche.
A la primera especie la describió como un tipo de tlacuache de aspecto descuidado que puede llegar a pesar hasta cinco kilos. Una de sus características es que la zona oscura de su cola alcanza menos de la mitad de ésta, y en adultos las orejas son completamente negras.
Su distribución se da desde las costas del noreste de México, pasando por Latinoamérica, Colombia, Venezuela, norte y noreste de Brasil, Perú, y Bolivia.
La distribución del Didelphis virginiana es más al norte, desde Toronto, Ontario, noreste de Estados Unidos, centro de México y una parte del norte de Costa Rica.
Una de sus características, además de su coloración que se distingue por ser más claro, es que la zona oscura de la cola alcanza hasta los tres cuartos. También es conocido porque aplica la técnica de hacerse el muerto.
En tanto, el Philander opossum es el más chico de los tres; su característica son las dos manchas que tiene por encima de los ojos, y una en la cara que simula una máscara. Se distribuye en el sur sureste de México, en una parte de Centroamérica, Perú y el noreste de Colombia. Es muy ágil y un excelente nadador.
Con relación al monitoreo de las tres especies, la bióloga comentó que se efectuó en dos etapas. La primera, de marzo a junio de 2016; la segunda, entre febrero y mayo de 2017. Para ello, en total se instalaron 50 estaciones simples, 26 el primer año y 24 en el segundo, y se utilizaron 273 fotos para su análisis e identificación de la especie.
En conclusión, la actividad desplegada o periodo de detección en esta zona de las tres especies fue en su mayoría nocturna, y en menor proporción en el diurno. Asimismo, tienen coincidencias y discrepancias temporales.
Dicha actividad coincide con información respecto a que son especies de hábitos nocturnos reportadas en las diferentes localidades de estudio.
Añadió que los tlacuaches son base de alimentación de la cadena trófica de los depredadores tope, y salir en las noches conlleva el riesgo de ser depredados, aunque tienen algunas ventajas, entre ellas que son ágiles, trepadores y nadadores.
En este sentido, las recomendaciones para futuros estudios es realizar una descripción de la vegetación porque les permitiría inferir sobre los tipos de refugios que más usan, y seguir definiendo los patrones de actividad.
Otra sería monitorear la temperatura, puesto que influye en el movimiento de los animales; y precipitación ambiental, porque influye en los patrones de actividad.