Fallecen 34 por ciento de personas por Ataxia en Tlaltetela
- Al menos seis generaciones del municipio tlaltelense han sido afectadas por este mal hereditario.
Por Alejandra Quiroz
Con base en una encuesta realizada a 50 personas en el municipio de Tlaltetela, se ha registrado una estadística del 34 por ciento de fallecidos a causa de la ataxia espinocerebelosa tipo siete (SAC7), padecimiento genético que afecta alrededor de dos personas por cada 100 individuos en la ciudad.
Lo anterior equivale a decir que la incidencia de ataxia en esta zona del estado de Veracruz se duplicó en los recientes cuatro años, de acuerdo a testimonios de los habitantes, que aseguraron que “la ataxia es un secreto a voces en esta localidad y algunas personas no están conscientes de padecerla”.
Hay más de 40 tipos de ataxia, pero existe poca investigación acerca del tipo siete. Pese a ser una enfermedad muy rara y poco conocida. La variante es una enfermedad neurológica por nacimiento y hereditaria.
Se caracteriza por la degeneración de las células que componen el cerebelo, lo que causa, en quienes la padecen, la imposibilidad de moverse, ver y hablar.
De acuerdo a la encuesta realizada en este cierre del mes de octubre, el dato es alto, ya que representa un 44 por ciento en términos acumulados.
Aquí, el 20 por ciento de las personas encuestadas confirmó tener al menos un familiar diagnosticado con ataxia espinocerebelosa tipo siete.
La enfermedad neurodegenerativa y progresiva no excluye a niños o adultos, tampoco género. El promedio de edad de los enfermos identificados en Tlaltetela es de entre cinco a 60 años de edad.
En los niños los síntomas son más agresivos: “La expectativa de vida son de dos a cinco años”, explicaron algunos familiares de víctimas con este mal.
La tendencia va en ascenso con los signos clínicos en infantes de entre cinco y 12 años donde choca con las tres defunciones el reciente año, lo que deja en este momento un saldo de cuatro casos restantes.
De las 50 personas encuestadas, el 40 por ciento informó que su familiar con ataxia no recibe algún tipo de tratamiento médico, aunque recurren a los análisis clínicos, resonancias magnéticas y pruebas genéticas para determinar e identificar causas posibles. Ya están resignados: “Es una enfermedad que ya no tiene cura”, comentaron los tlaltelenses.
El 98 por ciento de la población se encuentra informado sobre las causas y el padecimiento de esta enfermedad, todos saben de lo que hablan y conocen las pérdidas que deja, porque tienen a un familiar, amigo o conocido que la padece.
Tomando en cuenta que el porcentaje restante es de aquellos jóvenes de entre 14 y 18 años de edad que no se encuentran informados al respecto, la mayoría de la población coincide en que cada persona afectada presenta síntomas similares, pero de forma diferente.
“Algunos tienen más anomalías del aparato motor o la pérdida de los sentidos. Empiezan con perder la visión central, en otros es bastante evidente la alteración en el control de la producción del habla”, revelaron habitantes del municipio.
Hasta tres personas pueden tener esta condición por cada familia, y el 50 por ciento de los hijos tienen probabilidad de portar el gen alterado.
Sin embargo, la confianza en las pruebas diagnósticas se ha demostrado dispar. Mientras que un 85 por ciento acepta que la ataxia es hereditaria solo un 15 por ciento consideró que “es un padecimiento debido a un accidente en la cabeza”.
En ese sentido, se destaca, que entre menos alteraciones de este gen se tengan, habrá mayores probabilidades de que las tenga en etapa adulta y que además no sea tan agresiva.