Y si NO #EsClaudia * ¿Quién sería el “Plan B”? * “Expropiaciones” en Acapulco
noviembre 23, 2022
Andrés Manuel López Obrador le ha levantado la mano haciéndola pasar como triunfadora…
… y ni eso, ni sus visitas semanales a las capitales de los estados…
… ni las miles de bardas pintadas –¿con qué ojos?– en una muy adelantada campaña que ya parece electoral y no preelectoral…
… ni los carísimos consultores extranjeros a quienes contrata…
… como tampoco los expertos, consejeros y asesores locales…
… han podido levantar unos cuantos milímetros la pobre imagen de la señora Claudia Sheinbaum.
Pareciera que sucede todo lo contrario.
Cada video, tiktok o publicación que sube a las redes provoca rechazo y, no exagero, hasta repulsa.
Cualquiera pensaría que esa desaprobación proviene del favoritismo del señor López Obrador, quien tampoco las trae todas consigo, excepto, claro, con aquellos a quienes dice que él no “acarrea” sino que les facilita el transporte y nada más les da un lunch para que no se desmayen en actos y marchas por su proverbial desnutrición, entre otras cosas.
Sheinbaum carece de ese don al que se conoce como carisma.
Y no que el país requiera otro líder carismático y hasta mesiánico como sin duda es AMLO, pero sí simpático y empático… cuando menos.
No es el caso de la jefa de Gobierno de sólo media CDMX…
… porque la otra mitad es gobernada por la oposición.
Y ahí, precisamente, está la explicación de su enorme problema.
Como lo hace el Presidente de la República, doña Claudia se ha dedicado a polarizar en aras de repetir y repetir todos y cada uno de los dichos, epítetos y descalificaciones de las matinés político-etílico-literario-musicales del tabasqueño.
Peor todavía, se ha olvidado de que fue electa para el cargo y actúa, entonces, como regenta, como si sólo le debiera la chamba, a una generosa invitación o nombramiento del “caudillo” llegado de Tepetitán.
Desdeña las peticiones y exigencias de los capitalinos y, “¡a sus órdenes, jefe!”, pareciera que sólo está al servicio de quien le maneja los hilos desde Palacio Nacional.
La ciudad –o al menos la mitad de la urbe que le corresponde– está, como nunca, al borde del colapso…
… las pocas obras y servicios son inaugurados sin terminar, AMLO’s style…
… en el Metro, que en trágico desplome de un tramo de la L12 ya cobró la vida de 26 personas y dejó decenas de heridos, cada vez más hay un peor servicio y más y más accidentes…
… se multiplican los carísimos festejos en el Zócalo, en aras de entretener el hambre de su menguada clientela electoral…
… la industria busca nuevos puntos geográficos más allá de los límites capitalinos…
… los comercios son víctimas del “cobro de piso” y sus propietarios prefieren cerrarlos, antes que perder la vida…
… crece exponencialmente la presencia de los cárteles de la droga y otros grupos de la delincuencia organizada…
… y la corrupción, tan criticada por ella en los discursos, campea en los más altos niveles de la estructura burocrática de la metrópoli que más recursos aporta al erario federal.
Por eso, y mucho más, no es ocioso preguntar:
¿Y si NO #EsClaudia?
Experto en “Planes B” –porque últimamente le fallan todos los “A”–, ¿ya tiene uno el “destapador” de “corcholatas”?
Victimizado y revictimizado por Sheinbaum
El viacrucis de la familia de Aníbal Mújica comenzó al mediodía del 19 de septiembre de 2017.
Milagrosamente, su hijo Patricio salvó la vida en el terremoto de esa fecha. Justo cuando la tierra se movía, él regresó al salón de clases por su mochila. Él y cuatro compañeritos que decidieron acompañarlo también sobrevivieron al cataclismo.
Estudiaba el segundo grado, en el Grupo B, del malhadado Colegio Rébsamen, en Tlalpan, todavía delegación que “gobernaba” Claudia Sheinbaum, a quien se atribuye haber dado permisos de construcción que afectaron la estructura del inmueble, mismo que colapsó, provocando el fallecimiento, en circunstancias dolorosas, de 19 niños y siete adultos, amén de innumerables heridos y de muchos niños más que todavía hoy viven y reviven a diario el trauma por lo cual requieren tratamientos, entre otros, médicos, psicológicos y hasta
Tres años después de la tragedia, las autoridades “procuradoras de justicia” encontraron un chivo expiatorio: la directora y propietaria del plantel, salvándole la cara a Sheinbaum quien ya para entonces despachaba –o aparentaba despachar– en la jefatura del Gobierno de CDMX.
Aníbal se había desempeñado antes del 2017 en el área comercial de diferentes medios de comunicación. En aquel momento trabajaba para el ya desaparecido Departamento del Distrito Federal.
Por sus contactos periodísticos, el grupo de dolidos padres de familia –profesionistas en su mayoría– le pidió que él estableciera contacto con periodistas a quienes narrarles la tragedia que vivían… que aún padecen.
Y por sus contactos, también, con los gobernantes del momento, consiguió que el DIF local les brindara cierto apoyo económico. Apenas 1 mil 900 pesos mensuales a cada una de las familias de las víctimas para su atención con galenos y en nosocomios.
Y empezaron las presiones en su contra. Primero de los salientes, quienes le pedían que convenciera a los paterfamilia para que hicieran declaraciones en contra de Sheinbaum que, gracias al influjo de AMLO, crecía en las encuestas. El colega se negó. Lo despidieron.
Con el arribo de Sheinbaum al cargo lo reinstalaron. Pero más hubiera valido que buscara otros caminos.
Los gastos crecían. Su señora esposa cayó enferma de cáncer. Los tratamientos de Patricio encarecieron.
Sheinbaum lo había puesto en manos de incondicionales de ella. Nunca lo contrataron. No le daban qué hacer. Le rebajaron sus de por sí ya magros ingresos. Lo humillaron haciendo que cargara materiales pesados para el frustrado programa Pilares. Ahí se dio cuenta de la corrupción que desde el inicio de la gestión de doña Claudia ya había corroído a los altos funcionarios, quienes establecían raros contratos con proveedores que estos no cumplían y que además se burlaban ante Aníbal de esas sus “proezas”.
Denunció. No le hicieron caso. Lo cambiaron de adscripción. Volvieron a bajarle el pago de honorarios…
Y ahora las presiones en su contra fueron de los morenistas. Que convenciera a los padres de familia del Rébsamen para que ahora declararan públicamente a favor de la “corcholata” de marras. También se negó.
Así hasta el anterior mes de septiembre cuando dejaron de pagarle arguyendo “abandono de empleo”, siendo que sus mismos “patrones” lo habían enviado a su casa durante y aún después de la pandemia.
Su esposa sigue atendiéndose del cáncer con medicamentos cada vez más caros. Patricio en tratamientos. Y su hija mayor perdió ya la preparatoria por falta de pago de las colegiaturas.
Todo esto lo sabe Sheinbaum con quien Aníbal Mújica mantenía comunicación hasta la semana anterior.
Pero nada la conmueve.
Su cara de piedra… corresponde a su alma de roca.
Indicios
En día feriado, este lunes, utilizando a la fuerza pública armada con fusiles de alto poder, llevando tras de sí un nutrido grupo de fotógrafos y reporteros, funcionarios del gobierno de Guerrero “expropiaron” la Casa Club del Fraccionamiento Joyas de Brisamar, en Acapulco. El inmueble había sido entregado “en comodato” por la Administración estatal anterior al de esta otra “dama de la 4T” que es sin duda la hija de Félix Salgado Macedonio. Los vecinos alegan que no les han querido renovar el título de comodato y que ya han hecho costosas mejoras al inmueble que hasta hace poco estaba abandonado y casi en ruinas. Nada valió. En los medios, la hija de El Toro sin Cerca mandó a publicar que el gobiernito había “recuperado para los pobres lo que los ricos tenían en su poder”. Polarizar es el juego en todo el país. Y eso de que a los cuatroteros no “les salgan con que la ley es la ley” también es generalizado. * * * Por hoy es todo. Gracias por su compañía leyendo estos párrafos. Además de mi reconocimiento reciba usted mis deseos de que tenga ¡buenas gracias y muchos, muchos días!