Elisa podría volver a la cárcel; enfrenta violencia vicaria en Veracruz

marzo 20, 2024

Juan David Castilla.- Elisa María Zaldívar Barcelata lucha por la custodia de sus hijos desde hace tres años. Ha sido víctima de violencia vicaria y sigue en pie de lucha para reencontrarse con sus pequeños Kin y León. Ella esperó tres años para la celebración de una audiencia, en busca de justicia en el caso, aunque esta ha sido lenta.

La audiencia está programada para el próximo 21 de marzo, a las 14:00 horas, en el Centro de Justicia Penal Oral, ubicado sobre la avenida Jiménez Sur y prolongación Cuauhtémoc, en la colonia Vistamar del puerto de Veracruz.

Su expareja Juan Eugenio “N” está amparado por la “violencia institucional” y por el abuso de autoridad de sus familiares, quienes se desempeñan como servidores públicos en el Poder Judicial y en el Gobierno del Estado de Veracruz, y han influido en el caso contra Elisa.

El sujeto la mantuvo en prisión por delitos que no cometió y, a pesar de que existe una orden judicial para la restitución de los menores, aún no ha sido acatada. Zaldívar Barcelata estuvo recluida seis meses en el Centro de Readaptación Social de Cancún, estado de Quintana un Roo. El 1 de mayo de 2023 obtuvo su libertad, pero no ha podido reencontrarse con sus hijos.

En este y otros casos de violencia vicaria se habla de organizaciones criminales, consideradas por las víctimas como “cárteles”, que integran los agresores en contubernio con algunas autoridades para hacer daño a las mujeres, utilizando a los hijos.

“¡NO CALLAR!”

A Elisa le fabrican delitos y se presume que ahora planean armarle un “tamalote” (acusarla de nuevos delitos que no cometió), para que no pueda salir de prisión y así cese su lucha legal para regresar con sus hijos. Ha sido amenazada por su agresor desde un principio para que ella cese la lucha por recuperarlos.

Ella destaca la importancia de no callar su voz ante este tipo de abusos que cometen algunos hombres para intentar hacer daño a sus exparejas cuando su relación agoniza por su misma actitud violenta y, sobre todo, narcisista.

Elisa María ahora es activista, miembro de diversas colectivas estatales y nacionales en la defensa de los derechos de la libertad de las mujeres. Es vocera del Frente Feminista de Quintana Roo y Además, forma parte de la colectiva “Justicia para madres e infancias en el Estado de Veracruz, entre otras”.

Ella compartió su experiencia de salir de un círculo de violencia y la importancia de no callar su voz. Denunció la manipulación de su agresor y la complicidad de abogados y autoridades corruptas.

También destacó la importancia de luchar por la justicia y recuperar a sus hijos. Agradeció el apoyo de colectivas de mujeres y resaltó el crecimiento y respeto recibido por las autoridades después de la numerosa marcha del 8M en la ciudad de Xalapa.

Después de una larga espera, la Fiscalía Cuarta Especializada en Investigación de Delitos de Violencia contra la Familia, Mujeres, Niñas y Niños de la Procuración de Justicia del Estado de Veracruz, judicializó la carpeta 1351/2021 por el delito de retención de los menores Kim y León, en contra de Juan Eugenio, luego que él los sustrajera de su hogar mediante engaños.

La esperada audiencia del próximo jueves 21 de marzo será presidida por la jueza de control Araceli Estrada. Elisa no teme ser detenida nuevamente porque sabe que las colectivas feministas la respaldan y cualquier abuso que se cometa en su contra saldrá rápidamente a la luz pública.

DAÑO A SUS HIJOS

El caso se judicializó en agosto pasado. La denuncia fue presentada por sustracción o retención de menores hace tres años y el proceso ha sido lento, lo que ha afectado significativamente a los menores.

“Te puedo decir que esta audiencia se realiza después de tres años de que yo presenté esa denuncia. La judicialización fue en agosto y hasta ahorita, para que cheques tú la procuración de justicia, son niños en riesgo de sustracción y retención de menores”.

Los menores han sido expuestos a un daño psicológico por la disputa de la custodia, lo que ha implicado este tortuoso proceso, donde el padre, quien se siente más fuerte y con las influencias institucionales pretende imponer su poder sobre el otro.

“Qué daño deben tener mis hijos después de tres años, así, sin estar con ellos, es increíble todo el daño psicológico, las ideas, de que tu mamá te dejó, tu mamá no te quiere, y todo esto es súper grave, súper, súper fuerte, que ellos le inculquen a mis hijos todo esto, o sea, y todo su mundo, el mundo que ellos tenían de una vida con su mamá, de ir a la escuela, ir a natación, ir al parque, todas estas dinámicas, pues, obviamente, también les ha impactado a ellos”.

Kin y León han padecido constantes cambios de escuela, pues tratan de mantenerlos ocultos, lo que también les afecta, pues la violencia vicaria es una forma de violencia de género por la cual los hijos e hijas de las mujeres víctimas son instrumentalizados como objeto para maltratar y ocasionar dolor a sus madres.

“Nosotros realizamos un cateo. Recién salí yo de la cárcel, un poquito antes de que se judicializara la carpeta. Entonces, después de este cateo, se mudaron de casa, los mudaron de escuela, entonces, tampoco es vida para ellos”, narró Elisa.