Nuevas generaciones están impulsando un cambio en el sector minero
La industria minera, históricamente percibida como un sector tradicional y estático, está experimentando una transformación significativa impulsada por la innovación tecnológica y la incorporación de nuevas generaciones de la mano de jóvenes profesionales. Estos cambios están redefiniendo los procesos de extracción, procesamiento y mantenimiento, y prometen un futuro más eficiente, seguro y sostenible para el sector minero en México.
Con la implementación de tecnologías como Big Data o automatización de procesos, la industria está avanzando hacia un nivel de Transformación Digital sin precedentes. “Estamos viendo una revolución tecnológica en la minería que está siendo liderada por una nueva ola de talento joven. Estos profesionales traen consigo no solo conocimiento técnico, sino una mentalidad innovadora que está desafiando el statu quo y acelerando la adopción de nuevas tecnologías”, afirma Zulma Herrera, CEO y Socia de Mynotauro Co.
La especialista añade que las llamadas minas inteligentes o digitales, dependen en gran medida de los sistemas de conectividad, que se han convertido en la columna vertebral de las operaciones modernas. La conectividad inalámbrica permite el control remoto y la automatización de equipos como taladros y camiones de transporte, mejora la eficiencia operativa y proporciona la infraestructura necesaria para aplicaciones críticas.
Además, la integración de operaciones fijas y móviles a través de redes robustas garantiza una comunicación sin interrupciones, lo cual es esencial para la seguridad y la productividad de las minas.
Cambios a la vista
La digitalización traerá importantes cambios en el sector, uno de ellos en las competencias de los trabajadores. Diversas organizaciones mineras de América Latina estiman que el 80% de las competencias en el sector cambiarán significativamente a medida que la digitalización penetre en el sector, es decir, la industria requerirá en el mediano y largo plazo talento más preparado.
Por otro lado, la integración de tecnologías digitales está permitiendo que las minas logren una reducción de hasta el 25% en sus costos totales de electricidad mediante el uso de fuentes de energía renovable como la solar, la eólica y baterías en sitio, estima Bloomberg.
“Estos avances son cruciales en un contexto global donde la sostenibilidad y la eficiencia energética son prioritarias. La capacidad de las minas para adaptarse a estos cambios tecnológicos dependerá de factores como las condiciones geológicas, la planificación de la explotación y las prioridades de inversión. Sin embargo, los primeros impactos de estos cambios ya son visibles en el país”, subraya Herrera.
Si bien, explica que existen diversos retos, como la conectividad o la cobertura de red, lo cual es clave para el avance digital. “Los sistemas de conectividad permiten una integración perfecta entre operaciones fijas y móviles, y son esenciales para la seguridad del personal, incluso en ubicaciones remotas dentro de la mina. Sin embargo, lograr una cobertura de señal continua y de baja latencia en terrenos complejos sigue siendo un desafío”.
Para Zulma Herrera los beneficios son claros, entre ellos destaca:
● Mejoras en la productividad
● Reducción de costos operativos
● Mayor seguridad para los trabajadores
● Monitoreo continuo
● Decisiones basadas en datos
Un sector en plena metamorfosis
El futuro de la minería en México está siendo redefinido por una generación de profesionales que no solo entiende la tecnología, sino que también la ve como un motor de cambio positivo. La adopción de prácticas digitales y la búsqueda de sostenibilidad están transformando un sector que por mucho tiempo se consideró estático.
Con el talento joven a la vanguardia, la minería no solo busca ser más eficiente y rentable, sino también ser un modelo de industria moderna y consciente. La clave para el éxito de esta transformación radica en la capacitación continua y en la flexibilidad para adaptar nuestras habilidades a un entorno tecnológico en constante evolución”, concluye Zulma Herrera.