A 170 años de Edgar Allan Poe

octubre 7, 2019

Redacción/Xalapa.- Un día como hoy pero de hace 170 años, murió el gran escritor estadounidense Edgar Allan Poe a causa de una congestión cerebral a sus apenas 30 años de edad.
Su muerte, como toda su obra literaria se trató de un misterio irresoluble hasta la fecha; pasó su última semana de mida vagando por las calles de Baltimore repitiendo constantemente el nombre de «Reynolds».

A pesar de los misterios que engloban su temprano fallecimiento Edgar Allan Poe dejó un legado que va más allá de los cuentos góticos y detectivescos que escribió; él es y seguirá siendo siempre uno de los escritores más famosos en la historia de la humanidad. La manera tan peculiar en que indagaba los rincones de la mente y nos presentaba los aspectos más siniestros de cada ser humano, nos sigue llenando de perplejidad y fascinación.

Sus historias nos dirigían más allá de la fantasía, sus personajes cargados de impulsos tan humanos que cualquiera de nosotros hemos experimentado y que generalmente nos avergüenza admitir.

En honor a su legado te dejamos unos pequeños fragmentos de sus cinco obras más icónicas, y que si aún no tienes la oportunidad de leerlas, te invitamos a que asistas a tu tienda física o virtual más cercana para adquirir alguna de sus maravillosas obras.

 LA CAÍDA DE LA CASA USHER

“-¿No lo oyes? Sí, yo lo oigo y lo he oído. Mucho, mucho tiempo… muchos minutos, muchas horas, muchos días lo he oído, pero no me atrevía… ¡Ah, compadéceme, mísero de mí, desventurado! ¡No me atrevía… no me atrevía a hablar! ¡La encerramos viva en la tumba!”-

EL GATO NEGRO

“Un quejido, sordo y entrecortado al comienzo, semejante al sollozar de un niño, que luego creció rápidamente hasta convertirse en un largo, agudo y continuo alarido, anormal, inhumano, un aullido, un clamor de lamentación, mitad de horror, mitad de triunfo…”.

EL CORAZÓN DELATOR

“Basta ya de fingir, malvados! -aullé-. ¡Confieso que lo maté! ¡Levanten esos tablones! ¡Ahí… ahí! ¡Donde está latiendo su horrible corazón!”

LA MÁSCARA DE LA MUERTE ROJA

“Y uno por uno cayeron los convidados en las salas de orgía manchadas de sangre y cada uno murió en la desesperada actitud de su caída. Y la vida del reloj de ébano se apagó con la del último de los alegres libertinos. Y las llamas de los trípodes expiraron. Y las tinieblas, y la corrupción, y la Muerte Roja lo dominaron todo”.

ANNABEL LEE

“Yo era un niño y ella era una niña en este reino junto al mar pero nos amábamos con un amor que era más que amor ”
—yo y mi Annabel Lee—
con un amor que los ángeles sublimes del Paraíso
nos envidiaban a ella y a mí.

EL CUERVO

“¡Profeta! exclamé-, ¡cosa diabólica!
¡Profeta, sí, seas pájaro o demonio
enviado por el Tentador, o arrojado
por la tempestad a este refugio desolado e impávido,
a esta desértica tierra encantada,
a este hogar hechizado por el horror!
Profeta, dime, en verdad te lo imploro,
¿hay, dime, hay bálsamo en Galaad?
¡Dime, dime, te imploro!”
Y el cuervo dijo: “Nunca más.”