A un año de su partida, Sergio Obeso sigue en el recuerdo de quienes lo conocieron

agosto 11, 2020

Yhadira Paredes. Xalapa. No era raro verlo caminar poco antes de las 12 del día por la calle Juárez y bajando por la empedrada Revolución para entrar a la iglesia catedral de Xalapa, saludando a la gente y dando bendiciones a los periodistas que cubríamos la fuente de la Iglesia, siempre sonriendo, con su voz grave dando las buenas tardes, hasta que se retiró por cuestiones de edad. 

Hijo de Don Emilio Obeso y Doña Estela Rivera Ramírez, Sergio Obeso Rivera vio la luz del día el 31 de octubre de 1931 en el municipio de Las Vigas de Ramírez, a unos cuantos kilómetros de Xalapa. 

El sexto de nueve hermanos cambio su residencia junto con su familia a la capital del estado a los ocho años de edad.

El Cardenal Sergio Obeso Rivera partió de la vida terrenal hace un año, el domingo 11 de agosto a las 8:40 de la noche, en la tranquilidad de su casa, con sus familiares más cercanos y a los 86 años de edad, luego de varios días delicado de salud. 

Murió tras 48 años de ministerio episcopal y 65 en el sacerdotal, a quien siempre se le reconoció su entrega generosa a la Iglesia que peregrina en el país, especialmente la gran labor de coordinación y responsabilidad principal que desempeño como Presidente la Conferencia Episcopal durante tres periodos. 

Durante ese tiempo participó en las negociaciones de paz y reconciliación de los Acuerdos de San Andrés, en Chiapas, en los esfuerzos de restablecimiento de las relaciones entre el Estado Mexicano y la Santa Sede al promover la ley reglamentaria del artículo 130 Constitucional, además de un gran impulsor en el proceso de canonización de San Rafael Guízar Valencia. 

Siendo apenas un niño-adolescente con casi 13 años ingreso al seminario en 1944, el 10 de octubre de 1947 fue enviado a la Pontificia Universidad Gregoriana en la ciudad de Roma, donde obtuvo el Doctorado en Teología, ordenado sacerdote el 31 de octubre de 1954, con apenas 23 años de edad. 

En invierno de 1955 regresó a Xalapa para estar al servicio del seminario, se desempeñó como prefecto de filósofos, director espiritual, docente de materias filosóficas e incluso como rector.

En 1971, Pablo VI lo designó Obispo de Papantla, Veracruz; se convirtió así en uno de los primeros obispos del post Concilio, a la edad de 39 años. Su ordenación Episcopal fue el 29 de junio de 1971.

El 18 de enero de 1974 fue nombrado obispo coadjutor con derecho a sucesión de la Arquidiócesis de Xalapa. A la muerte del Arzobispo Emilio Abascal Salmerón, el 12 de marzo de 1979, don Sergio Obeso Rivera se convirtió en el 3° Arzobispo de Xalapa.

Mons. Obeso estuvo 28 años al frente del arzobispado. Durante su gestión se llevó a cabo, la visita de san Juan Pablo II al puerto de Veracruz y la beatificación y canonización de San Rafael Guízar Valencia. Así como la beatificación del P. Darío Acosta.

Benedicto XVI aceptó su renuncia Episcopal por edad, el 10 de abril de 2007, pero el 20 de mayo de 2018 el Papa Francisco anunció en la Plaza de san Pedro, la creación cardenalicia de Don. Sergio Obeso Rivera; el capelo cardenalicio lo recibió el 28 de junio de 2018 en la Basílica de San Pedro, en Roma.

Fue a la edad de 86 años dio la última batalla de su vida y tras haber recibido los auxilios espirituales de la Santa Madre Iglesia, en compañía de su apreciable familia, en su domicilio particular, y acompañado con la oración de innumerables personas falleció. 

Sus exequias se llevaron a cabo en la Iglesia Catedral Metropolitana el 13 de agosto, donde su féretro, tal como él lo dispuso fue colocado en el suelo y posteriormente colocado en un espacio especial en las mismas instalaciones. 

Siempre será recordado como pastor al frente de esta arquidiócesis por su don de gentes y su cercanía con la comunidad a la que servía con fervorosa piedad y trato respetuoso.