Acuicultura, opción para sanear océanos

Generaría desarrollo económico y produciría alimentos

noviembre 8, 2019

México/Notimex. La acuicultura podría restaurar la salud de los océanos, apoyar el desarrollo económico y la producción de alimentos en las comunidades costeras de todo el mundo, si se instrumentan las prácticas adecuadas en los lugares correctos.

Un análisis publicado en la revista científica PLOS ONE, una colaboración de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés), la Universidad de Adelaida y The Nature Conservancy (TNC), identifica las regiones en las cuales la acuicultura de mariscos y algas marinas produce resultados positivos para la naturaleza y la población.

El estudio se basa en otros anteriores de TNC que identificaron los beneficios de la acuicultura, como la reducción de la contaminación por nutrientes y el suministro de hábitat para las poblaciones de peces, al tiempo que sintetiza el conocimiento científico actual de la cría de mariscos y algas marinas.

Los resultados muestran que la acuicultura restaurativa es una oportunidad que pueden aprovechar muchas comunidades costeras del mundo, ya que el cultivo de algas o mariscos genera un impacto ecológico y social positivo. El estudio precisa que algunas regiones pueden obtener resultados más sólidos.

Esta información puede ayudar a los gobiernos, a las organizaciones internacionales de desarrollo y a los inversionistas a priorizar las iniciativas políticas, los gastos y la planificación empresarial, para obtener rendimientos económicos y ambientales óptimos.

El futuro de la comida

La acuicultura no sólo es la forma de producción de alimentos de más rápido crecimiento, sino una de las más eficientes para producir proteína animal, especialmente de bivalvos y algas marinas, formas de cultivo que casi no requieren alimento, agua dulce o tierra, y generan un mínimo de gases de efecto invernadero.

Además, las granjas mejoran la calidad del agua, eliminan el exceso de nutrientes de los entornos inmediatos y generan condiciones para un ecosistema más saludable para la vida marina.

Si se diseñan cuidadosamente, las granjas de mariscos y algas podrían ser parte de una estrategia efectiva para acelerar la restauración costera, junto con los esfuerzos tradicionales para reconstruir los arrecifes de ostras y rocas.

Donde los fondos públicos y filantrópicos para apoyar la restauración de los ecosistemas costeros son limitados, el desarrollo de los sectores comerciales de acuicultura de mariscos y algas podrían representar una oportunidad rentable impulsada por el propio mercado.

Según el estudio, las regiones con mayores oportunidades para el cultivo de mariscos se encuentran en Oceanía, América del Norte y partes de Asia, mientras que para los centros de algas marinas están en Europa, Asia, Oceanía y América, aunque actualmente pocas regiones funcionan a todo su potencial.

Regiones como el Mar Oriental de China ya tienen industrias sólidas de acuicultura de mariscos y algas, por lo que los investigadores sugieren evaluar la práctica para mejorar los beneficios ecológicos.

Más potencial en el horizonte

TNC continúa el trabajo con agricultores y socios universitarios para explorar el papel ecológico de la cría de mariscos en los Estados Unidos y la cocultura de mejillones y algas marinas en Nueva Zelanda.

En otras partes de América, la acuicultura de algas puede ofrecer un apoyo similar al ecosistema, donde la disminución de las poblaciones de peces es una preocupación creciente.

Si bien los pescadores beliceños inicialmente buscaron complementar su captura con el nuevo producto, también es cierto que las granjas han atraído una diversidad de vida marina, incluidas especies comercialmente importantes, como la langosta espinosa.

A través del monitoreo ecológico, la investigación de TNC ayudará a determinar las mejores condiciones y métodos de cultivo para granjas restauradoras de algas, conscientes de que si se cultivan las especies correctas en los lugares adecuados y se usan los métodos de cultivo indicados, el futuro de la acuicultura puede alimentar a una población en crecimiento y garantizar la salud de las aguas oceánicas, concluye el análisis.