AMLO, el huachicol, Bartlett y los Moreno Valle Alonso

enero 8, 2019

Víctor Hugo Arteaga. El gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador es sin duda una administración mediática que anuncia los qué, pero nunca aterriza los cómo y eso da la impresión de ser una estrategia de “ocurrencias” y no una de conocimiento de las políticas públicas.

Basta un ensayo de un ex candidato presidencial sobre una servilleta de papel, para sacar de balance a dos secretarios de gabinete, que lejos de argumentar con ciencia, respondieron con ira y con palabras desde lo más profundo de su estómago, que no del corazón.

Los primeros 40 días del gobierno de AMLO le han traído sin duda menos puntos en su popularidad y más cuestionamientos acerca de su capacidad para llevar con buen rumbo a un país, al que antes de él, se le veía como un referente en la región.

Las dos crisis que ha enfrentado, apenas y las ha sobrevivido.

La primera, el trágico accidente en el que falleció la gobernadora de Puebla, Martha Ericka Alonso y el Senador y ex gobernador Rafael Moreno Valle, a cuyos funerales se negó a asistir el Presidente de la República, más por miedo, que por prudencia, como fue su argumento.

No existe duda que la trágica casualidad, en la que fallecieron ambos políticos poblanos, puso en el imaginario colectivo la percepción de que desde el gobierno federal de AMLO algo pudo haberse tramado para deshacerse de sus incómodos rivales.

La razón es muy sencilla: Los Moreno Valle Alonso, se jugaron el todo por el todo en lograr que se ratificara el triunfo de Martha Erika en las elecciones, por encima de Miguel Ángel Barbosa, el proyecto de AMLO y su equipo con el que pensaron podrían hacerse de uno de los estados más importantes en el país.

Esa crisis, de la que salió reprobado, nos lleva directamente a la segunda y tiene mucho qué ver con la primera, tratándose de Rafael Moreno Valle, un gobernante al que todos asocian con la proliferación de grupos huachicoleros en Puebla.

Apenas cuatro días después del trágico fallecimiento de Moreno Valle, el Presidente de México salió a anunciar la cruzada contra el robo de combustibles.

Pareciera que todo estaba fríamente calculado. Parecería que en efecto existiera una teoría de la conspiración para deshacerse de Moreno Valle, el líder moral de los huachicoleros, según registran las agencias de inteligencia del país.

Que se combata el robo a los hidrocarburos es algo con lo que seguramente nadie puede estar en contra. Que se haga cerrando los ductos de Pemex y ello ponga en crisis a ocho estados del país, es lo cuestionable

Y por si fuera poco, que dentro de la “estrategia” para solucionar el desabasto de gasolina y diésel en esos estados, se haya recurrido, si es que es cierto, a una empresa en la que el secretario de comunicaciones y transportes Javier Jiménez Spriú podría tener conflicto de intereses.

Entonces, de una forma u otra, la muerte de Moreno Valle y su esposa parecería que cobra sentido, en una guerra que va más allá de la política intestina por adueñarse del estado huachicolero.

Que quede claro que nadie está en contra del Presidente de que se combata este delito que tantas pérdidas le causó al país y enriqueció a gente cercana a los últimos tres presidentes de México.

Pero habrá que investigar a fondo la misteriosa muerte de los Moreno Valle y aclararla sin dejar lugar a dudas de un posible nexo entre alguien cercano a AMLO y los intereses que se cernían sobre el negocio del robo de combustibles en el país.

Acaso nos debemos preguntar qué papel juega Manuel Bartlett en todo este hecho, siendo uno de los operadores de López Obrador en Puebla? Sabrá algo el ex gobernador de Puebla? Tendrá información valiosa que pudiera interesarle a AMLO y a los mexicanos?