Ángel de la Independencia y sus restauraciones en 108 años de historia
Actualmente, el monumento histórico es evaluado por especialistas, tras los daños que sufrió por el sismo del 19 de septiembre de 2017
enero 21, 2019
México.– En sus 108 años de historia, la estructura, cimentación y esculturas del Ángel de la Independencia, símbolo de la patria liberada, se han restaurado en cuatro ocasiones, dos de ellas tras los terremotos de 1957 y 1985.
Ubicado en el Paseo de la Reforma, la Columna de la Independencia, su nombre oficial, también recibió mantenimiento general en 2006 y cuatro años después se retiraron las urnas con los restos de los héroes para restaurarlos, ponerlos en exhibición y rendirles honores durante 2010 y 2011 con motivo de las fiestas del Bicentenario de la Independencia Mexicana.
Actualmente, el monumento histórico, utilizado como punto de reunión y escenario de todo tipo de festejos y manifestaciones, es evaluado por especialistas del Instituto Nacional de Bellas Artes y de la Universidad Nacional Autónoma de México, a petición de la alcaldía de Cuauhtémoc, tras los daños que sufrió por el sismo del 19 de septiembre de 2017.
El proyecto de construcción estuvo a cargo del arquitecto Antonio Rivas Mercado, cuya primera piedra se colocó el 9 de enero 1902, pero fue hasta 1910 cuando se terminó.
La cimentación original estuvo formada por una plataforma de tres capas de viguetas de acero superpuestas y después recubiertas con concreto, además se requirió colocar más de cuatro mil pilotes de madera y concreto a fin de encontrar un estrato compacto de suelo granular hasta 25 metros de profundidad.
La colocación de la base, el zócalo y el pedestal continuó por varios años, tras la colocación de la primera piedra durante una ceremonia encabezada por Porfirio Díaz, pero una vez que comenzó la construcción de la columna, los cimientos no resistieron el peso.
En ese entonces, el grupo de ingenieros encabezados por Gonzalo Garita y Manuel Gorozpe, decidió demoler todo lo que se había construido y diseñaron una nueva cimentación formada por un entramado de pilotes de madera fijos, que se colocaron con un martinete de vapor que los enterraba con un émbolo de una tonelada de peso.
El monumento artístico terminado fue inaugurado por Porfirio Díaz el 16 de septiembre de 1910, con motivo del Centenario de la Independencia de México y desde entonces ha sido restaurado y reconstruido en varias ocasiones.
La primera de ellas, fue en 1958, tras la caída del Ángel durante el fuerte sismo ocurrido el 28 de julio de 1957; el impacto de la caída rompió la cabeza y el brazo derecho de la estatua.
La restauración de la escultura hueca de bronce, la “Victoria Alada”, estuvo a cargo de José Fernández Urbina, quien tardó un año en terminar el trabajo, pues tuvo que reemplazar esas piezas.
Pese al mal estado de la obra, el rostro de la “Victoria Alada” es el mismo que tenía la estatua original, el de la costurera Ernesta Robles, en quien se inspiró el francés Enrique Alciati, autor de la obra.
En ese entonces, los restos de la cabeza original fueron llevados a una bodega del gobierno capitalino y fueron rescatados hasta 1986 durante una restauración del Centro Histórico de la Ciudad de México.
Actualmente, la cabeza parcialmente deformada, que pesa alrededor de 250 kilos, está resguardada en el Archivo Histórico del Distrito Federal «Carlos Sigüenza y Góngora».
Previo a que la escultura se regresara al pedestal, se reforzó la columna y la base que sostiene la estatua, trabajos que han mantenido en su lugar el Ángel, luego de los sismos de 1985 y de 2017.
La estructura quedó tan sólida que a su alrededor la ciudad se ha hundido casi tres metros desde 1910 a la fecha sin que se haya movido, incluso en el movimiento telúrico del 19 de septiembre de 2017 se registraron desplazamientos en sillares del fuste y algunas fisuras interiores por torsión en el cilindro metálico, pero se mantuvo en pie.
Tras el sismo del 19 de septiembre de 1985, la estructura quedó dañada, así como varias obras artísticas del monumento; la restauración estuvo a cargo de Ramón Bonfil Viveros, quien también se encargó de la construcción de las gradas oriental y occidental.
En 2006, como parte de los preparativos para la celebración de los festejos del Bicentenario de la Independencia, se le dio mantenimiento general al monumento, trabajos que lo mantuvieron cerrado al público por casi un año.
Los trabajos incluyeron una aplicación de chapa de oro de 24 kilates a la estatua de la “Victoria Alada”.
Mientras que el 30 de mayo de 2010, como parte de los festejos del Bicentenario, se retiraron las urnas que contienen los restos de los héroes para su restauración y fueron puestos en exhibición para rendirles honores durante 2010 y 2011.
Derivado del sismo del 19 de septiembre de 2017, el monumento experimentó una afectación media; se observaron desplazamientos en sillares del fuste y algunas fisuras interiores por torsión en el cilindro metálico.
La alcaldía Cuauhtémoc solicitó apoyo de expertos para determinar la logística y el proceso de maniobra para atender el proceso de la intervención que requiere el Ángel de la Independencia.
Actualmente, es uno de los monumentos más emblemáticos e ícono cultural de la Ciudad de México; es usado para festejos y manifestaciones nacionales que van desde la foto del recuerdo de turistas nacionales e internacionales, para fiestas de 15 años, bodas civiles y religiosas, graduaciones de diferentes niveles académicos.
También es escenario de los festejos de las victorias de la Selección Mexicana de Futbol y de espectáculos artísticos, automovilísticos, civiles, militares, de declaración de derechos, luctuosos, entre otros.