Arrepentimiento no llega cuando se niega la realidad: Suazo

marzo 20, 2022

Yhadira Paredes/Xalapa. En el marco del tercer domingo de cuaresma, el vocero de la Arquidiócesis de Xalapa, José Manuel Suazo Reyes advirtió que el arrepentimiento no llega cuando se dedica a negar la realidad, se justifica de todo y solo se echa la culpa a los demás, por lo que se debe hacerse responsables de todos sus actos y consecuencias.

En el comunicado de este domingo el sacerdote católico indicó que hay dos temas importantes para la vida cristiana, la conversión y la misericordia e invitan al arrepentimiento y la conversión.

“El arrepentimiento llega cuando uno se da cuenta de que algo no está bien en su manera de vivir o de actuar, cuando toma conciencia de que lo que hizo lastimó a alguien, afectó a los demás, provocó algún daño o causó algún malestar. Sucede también cuando nos damos cuenta de que el rumbo de nuestra vida o algunas cosas que estamos haciendo no nos están conduciendo al bien que esperábamos o que prometimos”.

Señaló que quien escoge el camino de la justificación y la negación de la realidad nunca aceptará sus propios errores y por lo tanto será muy difícil que se corrija, además de que el arrepentimiento se complementa cuando pasa a la conversión.

“Si uno nada más se arrepiente pero no busca la conversión, una vez que pasa ese sentimiento de culpa, casi será seguro que vuelva a caer en lo mismo; con la conversión uno toma la firme decisión de separarse de las cosas que ha hecho mal y busca ponerse en paz con Dios y con sus hermanos”.

Suazo Reyes afirmó que la invitación a la conversión tiene una motivación, es la misericordia divina. “Dios siempre tiene caminos de salvación y quiere que todos nos salvemos, por eso nos envió a su hijo y nos invita continuamente a la conversión. Dios no se complace en la muerte del pecador; Dios desea que todos sus hijos tengan vida en abundancia”.

Señaló que no se puede abusar de la misericordia de Dios o ser indiferente ante ella pues la vida de cada uno de nosotros tiene un límite y no sabemos cuándo llegará, por ello es bueno corresponder a esa misericordia con nuestra conversión.

“El camino para la conversión comienza con la escucha atenta de la Palabra de Dios, sigue con la experiencia de encuentro con él y se alimenta con los sacramentos y las obras buenas”, finalizó.