Asociación de futbolistas no descarta demanda colectiva por deudas en Veracruz

abril 16, 2020

México/Medio Tiempo. La pandemia del Coronavirus también detuvo el proceso del litigio de los jugadores que pertenecían al Veracruz, club que fue desafiliado por problemas económicos y que dejó de pagar a los futbolistas de todas las categorías por meses, por lo que los elementos que pudieron comprobar el pago de un segundo contrato se encuentran a la espera de su dinero.

Los jugadores del extinto Veracruz junto a la Asociación de Futbolistas Profesionales no descartan una demanda colectiva contra la afianzadora que debe emitir los pagos, o incluso a la Federación Mexicana de Futbol por ser quien lleva dicha negociación, según explicó el presidente de la AMFpro, Álvaro Ortiz, a Mediotiempo.

“Han pasado ya unos meses y no habíamos tenido respuesta de la Federación, entonces nosotros como Asociación mandamos un mail copiado a todos los jugadores involucrados que llevamos nosotros porque hay otros que metieron abogados para llevar su asunto”, comentó Ortiz.

“Cuando esto se normalice, tenemos que ir con los jugadores para que nos den una respuesta o hacer una demanda grupal para que puedan cobrar y la Federación se haga cargo porque es un solidario del Club Veracruz”.

Foto: Web

El presidente de la AMFpro mencionó que la Federación es la que debe ponerse en contacto con la afianzadora para que esta deposite el dinero a los jugadores involucrados.

“La respuesta de la Federación a ese mail fue que la afianzadora no les había dado una respuesta y todo eso fue antes de que se viniera el tema de la pandemia, por lo que al día de hoy a los jugadores solo les falta cobrar lo que respecta a ese segundo contrato”, añadió.

Hasta el momento el único pago que han recibido los jugadores de las diferentes categorías que pertenecían a Veracruz es el del contrato que tenían registrado ante la Federación Mexicana de Futbol.

Sin embargo, quien fungiera como dueño de la franquicia veracruzana, Fidel Kuri, acordaba con los jugadores un “segundo contrato”, aunque este solo se hacía de palabra y muchas veces era por cantidades superiores al contrato formal.