BETOGATO Y SU LIBRO
- El cacicazgo de Ayahualulco, a favor de PepeYu.
- «Emboscada» del Consejo Empresarial a Rocío Nahle.
- El león cree que todos son de su condición: Huerta.
Último informe de Gobierno de Cuitláhuac será en agosto
–Chopenjawer
Uno de los mejores regalos que pude obtener para fin de año fue el libro de mi queridísimo «Cat», Alberto Morales, conocido también en la farándula como «Betogato».
Se trata de una obra donde también escribe el estimado Raciel Martínez, brother del «Cat» desde hace décadas.
El libro es una compilación de fotografías sobre el llamado «Éxodo por la Democracia»: aquella caminata interestatal que un tal Andrés Manuel López Obrador realizó en 1991 por el estado de Veracruz. Desde ahí, al que llaman AMLO ya se le veían aptitudes de líder nacional que derivaría, inevitablemente, en la Presidencia de la República.
El libro es testimonio de la batalla de un político que durante décadas luchó y resistió hasta llegar a donde quiso. En ese entonces, López Obrador era presidente del PRD en Tabasco y realizó tal protesta por las irregularidades en las elecciones a la gubernatura de ese estado.
Y los testigos de esa lucha fueron la legendaria reportera Regina Martínez y «Cat», quienes acompañaron en todo momento a López Obrador en su caminata hasta llegar a la Ciudad de México.
No por nada, el «presi» recuerda seguido en sus «mañaneras», con mucho cariño, a ese par de periodistas que lo acompañaron por ese pasaje. No se olvida de quiénes estuvieron ahí cuando lo tildaban de loco.
Debe decirse que «Cat» y Raciel, junto con Regina, eran el alma periodística del desaparecido diario «Política», en los tiempos en que su fundador «Yayo» Gutiérrez fue su director: su mejor época.
El libro de Alberto Morales es una verdadera joya histórica. Es un testimonio visual del recorrido realizado por AMLO y sus simpatizantes por diversos pueblos del estado de Veracruz. Se explica también, a través de las líneas escritas por Raciel, todo el contexto de la marcha: el motivo, el ímpetu, las ganas, el espíritu.
Hay imágenes bastante elocuentes de cómo se realizó tal esfuerzo: gente cansada del andar, Andrés Manuel sobándose las patas, personajes de ese entonces que ahora están muy vigentes con la llegada de la famosa Cuarta Transformeishion al país y a la entidad.
El libro, creo yo, también debe servir como referencia a estudiantes de comunicación y periodismo (más allá de las filias y fobias políticas que muchas veces los catedráticos tienen), pues sirve de ejemplo para saber cómo se reportaba en el campo en tiempos donde no había teléfonos inteligentes y era carísimo adquirir un celular que sólo servía para llamadas (pedían hasta escrituras de la casa; hoy cualquiera toma foto y manda al momento).
Tampoco había cámaras digitales: todo era artesanal. Se compraban rollos de película para colocarlos en la cámara análoga/mecánica y buscar algún lugar donde se pudiera revelar.
En el caso del «Cat», él cuenta cómo llevaba sus propios químicos en el famoso «vocho» con el que se movía. Ahí guardaba charolas, equipo en general, para convertir los baños de hotel en «laboratorio/cuarto oscuro», revelar los rollos e imprimir las fotografías, que luego se mandaban a través de fax.
Un poco más adelante, con la llegada del internet telefónico y el famoso escáner, ya se podían digitalizar las fotos impresas y enviar desde los famosos cafés-internet.
Mi «Cat» también cuenta que la logística era adelantarse a la marcha en el «vocho» (el otro testigo de la marcha), hacer tomas desde enfrente por un rato y avanzar hasta esperarlos en un pueblo mientras se realizaba el revelado y se enviaba el material.
Entiendo que próximamente se dará a conocer el libro de manera oficial al público, pero mientras es un deleite, un honor, tenerlo antes para darle su leída.
Es un documento necesario en cualquier biblioteca pública o personal.
A mi «Cat», muchas felicidades, harto éxito y eternas gracias por la consideración. En verdad creó una joya allá desde su cubil felino en el bosque, dedicando bastante tiempo a su archivo personal.
Y vaya que valió cada segundo de búsqueda en el cajón del tiempo.
NOTA PARA PEGAR EN EL REFRI: Comenta un amigo desde Ayahualulco, municipio enclavado en la región de Coatepec: «Acá en nuestra zona, el rostro de la corrupción más abyecta se encuentra en Ayahualulco. Ahí gobierna el cacicazgo priista: tres hermanos se han heredado el poder consecutivamente, y van por el cuarto. Los Morales. El desfalco es mayúsculo, ellos mismos hacen toda la obra con sus empresas. Su padrino, quien los ampara y protege políticamente en el PRI y ante quien se pueda, es Pepe Yunes. Son los caciques de Pepe Yunes»… Con esos amiguitos, queda claro porque el peroteño no levanta ni con Viagra.
OTRA NOTA: Con tal de figurar y quitarse el estigma y sello yunista que tiene bien marcado, Edi Alberto Martínez, presidente del Consejo Empresarial de la zona Veracruz-Boca del Río (antes conocido como Consejo Coordinador Empresarial) y también presidente de la Canaco Veracruz, invitó a la virtual candidata de Morena a la gubernatura de Veracruz, Rocío Nahle, a una supuesta reunión privada, pero al llegar fue sorprendida por reporteros que fueron convocados uno por uno, a través de llamada telefónica, por Belgio Amaya Rizo, director del Consejo y ex subsecretario de Desarrollo Económico en el mini-gobierno de Miguel Ángel Yunes Linares… Luego entonces, lo que supuestamente sería una reunión privada de Rocío Nahle con los empresarios e industriales, se convirtió en una «emboscada» para hacer quedar mal a la ingeniera… Pero Rocío Nahle no se intimidó con la jugarreta: saludó a los compañeros reporteros y contestó a todas las preguntas, inclusive las que enviaron sus jefes políticos avecindados (se dice que no por mucho tiempo) en el Palacio Municipal de Veracruz… Hay que mencionar que el grupo yunista azul de Veracruz-Boca tiene varias cámaras empresariales a su favor; entre ellas, el Consejo Empresarial, la Canaco, la Coparmex, así como agentes aduanales.
LA ÚLTIMA PORQUE TALACHA ADMINISTRATIVA: «El león cree que todos son de su condición. Los que se robaron el dinero claramente fueron el PRI y el PAN y Pepe Yunes y luego por eso Duarte le mandó a decir que le pagó todas sus campañas. La denuncia la hizo Fidel Robles en un juicio político y que el PRI y el PAN, exoneraron a Duarte, dejándole ir. La gente no sabe cómo se robaron el dinero Pepe Yunes, Miguel Ángel Yunes, todos ellos»: Manuel Huerta Ladrón de Guevara, virtual candidato al Senado por Morena, respondiendo a los señalamientos sobre una presunta “cargada” del Gobierno de Veracruz hacia la precandidata de MORENA, Rocío Nahle.