Cerca de 10 mil personas ven el equinoccio de primavera en Chichén Itzá
Como cada año, cientos de turistas se dieron cita en la zona arqueológica de Chichén Itzá para presenciar el equinoccio de primavera 2024, y celebraron que las condiciones climáticas hayan sido las adecuadas para ver el descenso de Kukulcán en la pirámide de El Castillo.
Aunque el equinoccio se registró desde el martes 19 de marzo, este jueves 21 todavía fue posible apreciar el juego de sombras que simula la imagen de una serpiente descendiendo desde El Castillo, un atractivo que congregó este año a unos 10 mil personas, de acuerdo con cifras del Cultur.
“Se pudo ver el 100 por ciento del descenso de Kukulcán”, señaló Mauricio Díaz Montalvo, titular de Cultur.
El fenómeno de luz y sombra comenzó alrededor de las 4:30 de la tarde, momento en el que los asistentes comenzaron a elevar sus manos para recibir buenas energías, de acuerdo a creencias populares. El encuentro se realizó con saldo blanco y sólo se registraron algunas personas con golpe de calor.
Este año se esperaba una afluencia mayor debido a que la zona arqueológica de Dzibilchaltún, donde también es posible apreciar el equinoccio de primavera se encuentra cerrada temporalmente; sin embargo, Díaz Montalvo confió en que este viernes sigan llegando más turistas a Chichén Itzá.
Los visitantes comenzaron a llegar alrededor de las 10 de la mañana, para poder pasear en toda la ciudad maya, incluyendo el cenote sagrado y todos los rincones de la zona. Alrededor de las 3:00 de la tarde la gente se comenzó a concentrar frente a El Castillo, en el lado poniente, para poder observar el inicio del fenómeno.
Fue a las 4:45 de la tarde que el fenómeno arqueoastronómico se observó en todo su esplendor, ante la felicidad de todos los visitantes. 45 minutos después, es decir, a las 7:15 de la tarde, la gente comenzó a salir de la zona arqueológica, pues justo a esa hora se había anunciado el cierre del lugar.
En cuanto a la seguridad, la Guardia Nacional y la Policía estatal montaron un dispositivo que incluyó recorridos en el interior de la zona, y vigilancia a la vialidad en el área de estacionamiento y en la carretera federal libre, desde Valladolid hasta Pisté, en dónde por momentos el movimiento era a vuelta de rueda.