Científicos estudian las propiedades analgésicas de las plantas medicinales
julio 25, 2020
México/López-Dóriga Digital. Desde tiempos ancestrales el ser humano ha utilizado las plantas medicinales, completas o partes de estas, con fines terapéuticos. De ellas se derivan dos de los prototipos de fármacos analgésicos más empleados en la actualidad: la morfina y la popularmente conocida aspirina (ácido acetilsalicílico).
Es un hecho que se conocen muchas plantas con propiedades analgésicas; sin embargo, los estudios farmacológicos que validen el potencial terapéutico de este recurso natural son requeridos para probar su uso eficaz y seguro en la medicina tradicional mexicana, señaló María Eva González Trujano, investigadora adscrita al Laboratorio de Neurofarmacología de Productos Naturales del Instituto Nacional de Psiquiatría “Ramón de la Fuente Muñíz”.
La también integrante de la Academia Mexicana de Ciencias destacó que el dolor es un estado de alerta del organismo necesario para avisar que algo está afectando su integridad.
El dolor se puede clasificar en función de la anatomía, etiología, intensidad, duración y fisiopatología, puede ser somático o visceral (abdominal o ligado a las vísceras), muscular, localizado, intermitente, puede ser intenso o leve.
El dolor agudo puede dejar de percibirse en algún momento, el problema es cuando el dolor se vuelve intenso y crónico, el cual puede tener una prevalencia desde el 7 por ciento hasta un 80 por ciento dependiendo su etiología y de la población estudiada.
Explicó que el dolor puede ser un síntoma, pero también podría llegar a ser una enfermedad per se que se asocia con otro tipo de afecciones, sobre todo las del sistema nervioso central (ansiedad, depresión) que afectan la calidad de vida.
Dependiendo del tipo de dolor existirá la terapia analgésica. Hay una escalera analgésica que contempla la intensidad del dolor: si es leve y/o asociado a inflamación se trata con analgésicos antiinflamatorios no tiroideos (conocidos como AINEs) y/o paracetamol, para el dolor moderado se utilizan opoides menores (tramadol) y para el dolor intenso los opoides mayores (morfina).
En una conferencia transmitida a través de internet, la científica habló sobre la investigación farmacológica de plantas medicinales con actividad sobre el sistema nervioso central. Dijo que en México existe interés en esta investigación farmacológica de sustancias útiles para encontrar analgésicos eficaces y seguros que permitan promover alternativas para el alivio del dolor.
De acuerdo con el artículo ‘Plantas medicinales para el alivio del dolor’ escrito por María Eva González Trujano, Gabriel Fernando Moreno Pérez y Hugo Fernando Narváez González, publicado en la edición más actual de la revista ‘Ciencia, El Dolor, la investigación científica’ permite evaluar los efectos analgésicos de las plantas medicinales preparadas como extractos acuosos (infusión o decocción) u orgánicos (tinturas) mediante el uso de modelos experimentales en animales de laboratorio, in vitro (tejidos aislados o células) o in vivo (animal íntegro).
Como ejemplo, se menciona a las especies de Tagetes, que son plantas medicinales utilizadas en comunidades rurales y urbanas para el alivio de diferentes tipos de dolor: abdominal, muscular, reumático y cólico menstrual. Un estudio etnobotánico realizado en 11 municipios de Morelos describe que 60 por ciento de los curanderos recomienda el cempasúchil (Tagetes erecta Cav.) para el alivio del dolor de estómago.
Estudios científicos como ‘Spasmolytic effect of aqueous extract of Tagetes erecta L. flowers is mediated through calcium channel blockade on the guinea-pig ileum‘, reportan y validan el uso tradicional de esta planta para el dolor de estómago, se ha reportado la actividad espasmolítica y el mecanismo de acción de esta planta en un modelo in vitro.
Según la Farmacopea Herbolaria de los Estados Unidos Mexicanos (FHEUM), en su primera edición, menciona al menos 35 especies de plantas para el alivio de diferentes tipos de dolor. Sin embargo, la aplicación de estas como terapia está limitada por no existir una monografía para su control de calidad y disposición como medicamento o remedio herbolario, así como por la falta de estudios científicos que avalen la seguridad de su uso.