Con pandemia, los ánimos se desbordan y las mezquindades afloran

diciembre 15, 2020

Regina Montes/Xalapa.- En un comunicado, sacerdotes del Decanato Xalapa centro, señalaron que con la pandemia por el Covid-19, los ánimos se están desbordando, «las mezquindades afloran y los intereses y ambiciones particulares se anteponen a lo verdaderamente urgente y necesario».

Señalaron que, además de las tensiones y de todo el desgaste, se esperaba que esta sacudida que ha provocado la pandemia, despertara la conciencia de los gobernantes para unirnos y buscar salir adelante lo que no ha sucedido.

También refieren que, se ha tenido que emplearse a fondo como cristianos ante la emergencia que se está pasando.“Pero, aunque echamos por delante toda la fortaleza espiritual que da la fe, parece que se trata de una situación que nos rebasa y que nos hace clamar al cielo», reconocieron.

Exponen que no es que se pierda la fe, sino que se acepta que en la presente tribulación se necesita que Dios se manifieste e infunda la esperanza.

«Así como hemos tenido que activar todo el potencial de una vida de fe, también tenemos que forjar la esperanza cristiana para no sucumbir ante la adversidad que estamos enfrentando, especialmente por la pandemia». 

Frente a los dramas y sufrimientos que está provocando esta pandemia, remarcan, al final se puede considerar que es lo de menos estar estresados por el encierro, aburridos por no divertirnos, molestos por dejar de frecuentar las personas y lugares que acostumbrábamos.

Esto finalmente es lo de menos, consideran, y se puede aceptar constatando verdaderas urgencias y tantas historias de dolor.’

«Uno termina por aceptar las limitaciones que genera esta contingencia al constatar las situaciones verdaderamente dolorosas que pasan muchos hermanos: los que han perdido su trabajo, los que se han contagiado, los que han sido hospitalizados, los que han perdido dramáticamente a sus seres queridos, sin poder abrazarlos y rezarles como hubieran querido, y los cuadros de desesperanza que siguen aumentando ante la escasez y la pobreza que pasan miles de familias».

Refieren que el cansancio y la sensación de que se está llegando al límite de nuestras fuerzas «nos hace ver que debemos estar más cerca de Dios para no perder la esperanza».