Editorial UV, 65 años de ser una alternativa para sus lectores y escritores
Redacción/El Demócrata. La Editorial de la Universidad Veracruzana (UV) se convirtió en alternativa para los lectores y escritores que compartimos con ella su 65 aniversario, expresaron Juan Villoro, Selma Ancira y José María Espinasa en el conversatorio con motivo de la celebración de un año más de su existencia.
El evento se transmitió por Facebook y YouTube, y fue moderado por el director de la Editorial UV, Agustín del Moral Tejeda, quien en la presentación de los invitados especiales recalcó que el sello universitario se caracteriza porque “ha sabido mantener su posición ante los grandes consorcios transnacionales y se mantiene presente, haciendo su propia contribución”.
Selma Ancira, traductora, crítica y ensayista, definió su participación en el evento como “un gusto enorme por estar en la celebración de la Editorial UV, porque cuando pienso en ella surge la palabra ‘gratitud’; es un agradecimiento porque desde el principio he sido bienvenida como a una casa en donde podía encontrar amigos, textos que se volvían fundamentales; una de las colecciones más importantes para mí, desde el punto de vista de un traductor literario, es definitivamente la de Sergio Pitol Traductor, al brindarme la posibilidad de aprender de su lenguaje y su sintaxis, que ha sido fundamental”.
Expresó un agradecimiento similar a la revista de teatro Tramoya, que inició Emilio Carballido y en la que a partir de 1985 comenzó a colaborar.
“Cuando pienso en la Editorial me la imagino como una ventana al mundo desde México, porque la caracterizan una calidad y una apertura a distintas culturas que han llegado por vía de reconocidos traductores.”
Reconoció además que, en su faceta como traductora, la Editorial de la UV le ha brindado la oportunidad de traducir autores que en otras editoriales no tendrían lugar por esa apertura de dar a conocer nuevos nombres. “Son sus tres cualidades: osadía, apertura y avidez por sembrar nuevos nombres en nuestra cultura, puntualizó.
El traductor, ensayista, poeta y editor José María Espinasa leyó una texto donde subrayó: “Cuando se mide la importancia de una editorial se suele pensar en términos numéricos, ventas o reediciones, pero se suele dejar de lado otros parámetros de distinta índole, tal vez más profundos”.
Dentro de tales parámetros se encuentran aquellos libros que van marcando a las generaciones de lectores y entre éstos se cuentan varios títulos de la Editorial UV, como “un delgado volumen de poesía de Blanca Varela prologado por Octavio Paz, Ese puerto existe, que era franco vehículo para ‘ligar’ en aquella época, pero esa distribución gota a gota tuvo su consecuencia y aquel libro de la escritora peruana se ha convertido en un clásico de la literatura”.
Mencionó también el Diario de Lecumberri de Álvaro Mutis, “tan difícil de conseguir porque su propio autor lo dejaba de lado para que se apreciara su extraordinaria poesía”.
Espinasa apuntó que la Editorial UV “puso de su parte al conocimiento de la literatura de otros países y lenguas y de alguna manera gran parte del boom latinoamericano, antes de Carmen Balcells Segala y en ello fue decisivo el escritor Sergio Galindo, con él se dieron a conocer autores de renombre como Emilio Carballido y Juan Vicente Melo, pero no fue solo un proyecto centrado en un grupo de escritores, también de historiadores, filósofos y académicos que la acompañaron desde la revista La Palabra y el Hombre”.
En su mensaje, el escritor Juan Villoro dijo que una de las características centrales de la Editorial UV desde su creación ha sido la labor de asociación de los escritores con el trabajo de editar, “entre los cuales Espinasa y Del Moral siguen siendo una rareza, el ser escritores y a la vez editores”.
Por la Dirección Editorial han pasado espléndidos autores veracruzanos como los mismos Galindo, Carballido y Pitol, quienes publicaron a otros autores como Jorge López Páez y Juan Manuel Torres, “un traductor notable, amigo de Pitol y ambos traductores de la literatura polaca, fue un vínculo virtuoso y la convirtió en la primera editorial donde se tradujo a Ryszard Kapuściński, que se insertó en nuestra lengua gracias a la Universidad Veracruzana”.
Villoro mencionó que “otra característica esencial es que a través del tiempo mantuvo el trabajo de edición como una variante de la conversación cultural, no sólo para lanzar un libro al mercado sino discutirlo, y fue para nuestra generación una universidad alterna”.
Respecto a la Biblioteca del Universitario (BU), el cronista recordó que busca hacer accesibles a los lectores contemporáneos grandes obras de la literatura, esto “habla de la vocación pedagógica de la propia Editorial; en este sentido, yo escribí los prólogos de Tirano Banderas, una marioneta convertida en literatura, y de Emilio o De la educación de Jean-Jacques Rousseau, quien envió a sus cinco hijos al orfanato, se inventó a un hijo, llamado Emilio, a quien le escribió el libro y con el que reformó la pedagogía”.