El artista, un atleta de corazón

Después de 15 años de no visitar México, la cantante argentina Nacha Guevara, una joven casi octogenaria, ofrece dos conciertos en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris

septiembre 28, 2019

México/Notimex. Luego de abandonar Argentina en 1974 por una amenaza de muerte perpetrada por un grupo parapoliciaco terrorista de extrema derecha, que sólo le dio 48 horas más de permanencia, la cantante, bailarina, actriz y directora teatral Nacha Guevara (Mar del Plata, 1940) se exilia en México retornando a su patria al restablecerse la democracia a fines del año 1983.
      En entrevista con Notimex, la cantante se define como “rebelde creativa y desobediente”. Y cómo no luego de la tragedia que sufriera durante el periodo de la dictadura argentina:
      ―Tuve que dejar mi trabajo, a mi familia, mi identidad y a mis amigos ―dice―. Y a mi regreso tuve que renacer y reparar muchas cosas. Fueron dos veces las que me tuve que exiliar en un mismo año. La segunda fue por un atentado con una bomba…
      Piensa, sin embargo, que exiliarse no fue la decisión correcta:
      ―Porque cuando estás tanto tiempo fuera ya no perteneces a ese lugar del que partiste: se viven historias muy diferentes. La vida no es fácil…
      Resalta que ahora que regresa a México, después de tres lustros de ausencia, para presentar su concierto Vuelvo (hoy y mañana en el Teatro de la Ciudad esperanza Iris) ha sentido “emociones muy fuertes, porque he llorado mucho antes de llegar, pues toda la película de lo que viví se me representó con claridad”.
      ―México es un pueblo muy emotivo, que sabe escuchar y mira de una manera especial que convoca a mis mejores partes. Eso es lo que amo de este país.

Una debilitada nueva canción

La llamada nueva canción latinoamericana, de la cual Nacha Guevara fue una digna representante, “se ha debilitado un poco, como lo hizo toda la cultura de esa región continental desde finales de los años sesenta y setentas”.
      ―Fue una época hermosa de una juventud que creía que con un poema se podía cambiar el mundo, o con una canción, o una obra de teatro, o con una película. Y es curioso, porque hay productos bellos de ese periodo. Luego, como el sistema se fue cerrando, todos cantaban la misma canción y se ponían la misma zapatilla y tomaban la misma gaseosa ―dice la cantante que cumplirá 79 años el próximo 3 de octubre.
      El sistema operó de esa manera y se fueron perdiendo las identidades, indica Nacha Guevara:
      ―En el arte la identidad es fundamental, porque cada uno tiene que contar su propia historia, no la que quieren las grandes empresas. La nueva trova cubana fue muy importante por eso, porque hay artistas como Silvio Rodríguez, Pablo Milanés y Amaury Pérez que han hecho canciones muy hermosas. Y no sólo me refiero a las muy combativas, sino a las amorosas, cuyo aporte fue fundamental. Nosotros aún las tenemos con Charly García, un genio de la música; pero eso no se ha ido renovando.
      ―¿Es una y la misma cosa la nueva canción latinoamericana y la trova?
      ―La trova fue muy inspiradora para la nueva canción latinoamericana en ese momento, sin duda. Pero los latinoamericanos tienen una música rítmica poderosa, lo mismo que un corazón poderoso… si bien el corazón de la música se expresa con la melodía, y eso es lo que ahora está debilitado.

La rebeldía

Nacha Guevara dice que un artista tiene que hacer todo lo que tenga ganas de hacer:
      ―Porque tiene que ser sincero con lo que está haciendo, sin buscar la expresión de moda o la que pueda funcionarle económicamente, de modo que no dejo para nada de lado la canción romántica.
      “Me gusta hacer cosas que nunca he hecho. No he hecho, por ejemplo, un disco de canciones de amor. ¿Pero por qué no puedo hacerlo si soy un ser humano que ha tenido experiencias amorosas fuertes en du vida? A mí me gusta salir de mi área de comodidad, no hacer siempre lo mismo, porque es la única manera de aprender”.
      La artista revela que escribió un libro llamado Desobediente, que aún no ha publicado:
      ―No es un texto literario, pero para mí tiene mucho valor por lo que cuento. Porque son momentos muy personales de mi vida. Escribirlo fue a veces divertido, pero otras veces muy doloroso. Y como vi que no lo iban a cuidar editorialmente, preferí tomarlo de vuelta y dejarlo ahí guardado. Ya llegará su momento. A lo mejor se convierte algún día en un proyecto musical, en una serie o incluso en una obra de teatro o en una película.
      Cuando canta, dice, lo que busca es “llegar al corazón del otro ya que un artista es un atleta del corazón, es alguien que tiene el corazón que ha entrenado para conectar con el corazón del otro”.