El berrinche de Trump que lo llevó a frenar la energía eólica en EEUU
enero 22, 2025
Redacción Xalapa.- El presidente Donald Trump ha emitido una serie de órdenes ejecutivas que afectan significativamente el desarrollo de la energía eólica en Estados Unidos, pues según él, la energía eólica es costosa, perjudica al medio ambiente y arruina los paisajes. Sin embargo, estas declaraciones han sido ampliamente desacreditadas por expertos y organizaciones internacionales.
Trump ha tenido una larga historia de oposición a las turbinas eólicas, en gran parte debido a una disputa personal en Escocia, ya que, en 2006, compró un terreno para construir un campo de golf, pero se opuso firmemente a la construcción de un parque eólico cercano, argumentando que afectaría la vista.
A pesar de sus esfuerzos legales porque el parque eólico no se realizará, el parque fue construido y comenzó a operar en 2018, produciendo suficiente energía para abastecer a 80,000 hogares.
Las declaraciones de Trump sobre el costo de la energía eólica contrastan con estudios como los de Lazard (empresa que analiza los costos de la energía), que indican que es la fuente más barata de electricidad nueva en Estados Unidos. Además, mientras Trump insiste en que las turbinas son “feas” y “peligrosas para las aves”, investigaciones demuestran que su impacto en la fauna es mínimo en comparación con otras amenazas, como los gatos domésticos que cazan a las aves.
No obstante, a pesar de estas evidencias, Trump ha utilizado argumentos sin fundamento, como que el ruido de las turbinas causa cáncer, algo que no tiene base científica. Y también ha señalado que estas estructuras dañan a las ballenas, una afirmación desmentida por expertos, quienes señalan que actividades como la perforación de petróleo tienen un impacto mucho más perjudicial en la vida marina.
La energía eólica, sin embargo, sigue siendo fundamental en Estados Unidos. Pues estados como Iowa obtienen más del 60% de su electricidad del viento, y en 2022, más del 10% de la electricidad total del país provino de esta fuente. Esto ha permitido que las regiones que apuestan por esta tecnología reduzcan sus costos energéticos y sus emisiones de carbono, a la vez que generan miles de empleos.
En contraste, las decisiones de la administración Trump parecen favorecer a la industria de combustibles fósiles, debido a que, durante su mandato, impulsó la perforación de petróleo y gas en áreas protegidas.
Así bien, sus nuevas órdenes ejecutivas siguen esta línea, restringiendo la expansión de energías limpias y amenazando con aumentar las facturas de electricidad en los estados más dependientes del viento.
La controversia sobre las turbinas eólicas no es solo técnica o económica, sino política. Mientras Trump insiste en defender los combustibles fósiles, países como Escocia, con sus éxitos en energía renovable, demuestran que la transición es posible y rentable.