En alerta cafetaleros por plaga de roya

agosto 8, 2022

Juan David Castilla/Xalapa. La plaga de la roya representa una nueva amenazada para la producción de café en la República Mexicana, misma que se ha estancado también por el castigo de precios durante años y la falta de apoyos para la renovación de cafetales y fertilizantes.

Un grupo de cafetaleros protestó frente a Palacio de Gobierno para denunciar que desde hace cuatro años han solicitado una mesa de diálogo con autoridades federales para atender dicha problemática y a la fecha no han sido recibidos.

De acuerdo con Fernando Celis Callejas, asesor de la Coordinadora Nacional de Organizaciones Cafetaleras (CNOC), la plaga ha aumentado en Honduras y en México y es necesario combatirla con la renovación de cafetales y nuevas variedades.

También comentó que la producción se estancó a nivel nacional, pues ya no supera los 4 millones de sacos de café al año.

Antes de que la plaga de la roya devastara los cafetales se producían 4.5 millones de sacos al año en el país y hace 20 años lograban producir 6.2 millones de sacos.

“La producción está estancada por varios años de bajos precios, la roya y ahora estos castigos, entonces hay que aumentar la producción de café”, añadió el líder cafetalero.

El sector cafetalero se ha visto severamente afectado debido a que el precio de los fertilizantes se incrementó hasta 300 por ciento en el país, pues una tonelada llega a costar 20 mil pesos.

“También los alimentos han subido, la gasolina, se ha estado planteando que en el programa de apoyo de fertilizantes se incluya el café, pero lo que dice el de Segalmex Leonel Cota Montaño, es que no puede entrar el café porque no es un producto básico”, añadió.

Celis Callejas recordó que la Federación ha dado a conocer que importará insumos para la operación de empresas dedicadas a la producción de fertilizantes, con el objetivo de beneficiar a 2 millones de campesinos, pero no se incluye a los cafetaleros.

Los manifestantes criticaron que las autoridades solo se reúnan con empresas transnacionales, como Nestlé, y dejen a un lado las demandas de los pequeños productores de café.