Esta época aterradora es propicia para la poesía: Enzia Verduchi

noviembre 11, 2020

México.- Es un tiempo propicio para la poesía; es importante leerla para sentir lo que somos, dice la poeta y editora Enzia Verduchi, quien se adjudicó la Presea a la Excelencia Literaria 2020, otorgada por la Agrupación para las Bellas Artes (Apalba), con sede en Sonora.

Es lo íntimo. La poesía es el reflejo de todo nuestro amor, nuestras aspiraciones y nuestros temores, también. Cuando uno lee a W. H. Auden y su poesía sobre la Segunda Guerra Mundial, o de Paul Celan, ves que ellos pudieron expresar el miedo o el terror de una época, pero también la esperanza. Ese es el trabajo de la poesía, dice la escritora a La Jornada.

Verduchi (Roma, 1967) menciona: si preguntan de manera práctica ¿para qué sirve la poesía?, no sirve para mucho y sirve para todo. Salva vidas, te reconecta, te hace sentir que eres humano nuevamente, que hay algo ahí y te hace ver la dimensión del hombre en la tierra.

La entrega del reconocimiento a la trayectoria literaria, que han recibido poetas y narradores como Marco Antonio Campos, Silvia Molina, Elsa Cross, Efraín Bartolomé, Vicente Quirarte y Minerva Margarita Villarreal, se realizará el próximo viernes a las 13 horas a través de la página de Apalba en Facebook.

Estoy muy sorprendida y al mismo tiempo agradecida. La lista de los homenajeados a lo largo de los 12 años de la asociación es impresionante. Estoy muy emocionada, refirió la autora del poemario Nanof (2019).

Enzia Verduchi sostiene que esta pandemia nos ha llevado a “un ejercicio de repensarnos como sociedad, como mundo. Buscar hacia dónde vamos. En lo personal, me ha permitido leer mucho, como no lo hacía hace años. Antes estaba muy preocupada trabajando en mi creación literaria y en hacer libros. Leía por mi trabajo, pero ahora lo disfruto y tengo tiempo para reflexionar sobre lo que estoy leyendo, y cruzar la información con otras fuentes.

“En abril y mayo, yo me bloqueé. Estaba aterrada. Me di cuenta de mi fragilidad como ser humano. Subía a ver la calle desde la azotea y me decía ‘ahora mi único trabajo es sobrevivir, ver cómo hago para no enfermarme y no enfermar a los míos’.”

En torno a Nanof, Verduchi sostiene: “de alguna manera estoy haciendo lo que hizo Fernando Oresti Nanetti (el protagonista del libro) en su momento: cuando lo recluyeron en el siquiátrico empezó a hacer un libro de la vida tatuado en la pared, a contar todo lo que sucedía en el hospital de Volterra e inventar una tabla periódica de los elementos alterna. También hubo un acto creativo.

“Yo había trabajado mucho en ese libro, había tratado de entender de todas las formas al personaje real, pero nunca me imaginé que iba a pasarme algo parecido. Ahorita estoy escribiendo sobre este asunto que tiene que ver con esa inmediatez, con este sistema completamente desigual.