Estudiantes chiapanecos viven afuera de Palacio Nacional hace un mes

marzo 20, 2019

México, 20 Mar (Notimex).- María «N» es estudiante de la Escuela Normal Rural Mactumactzá, en Chiapas, vive frente al Palacio Nacional hace casi un mes; desde diciembre del año pasado, ella y sus compañeros emprendieron una lucha por la defensa de los derechos educativos en esa entidad.

Desde que comenzaron su lucha no obtuvieron respuestas por parte del gobernador de esa entidad, Rutilio Escandón, ni de la secretaria de Educación estatal, Rosa Domínguez. La única opción que les dieron fue represión y acoso: «No podíamos ni salir a la calle porque estaban los constantes hostigamientos de policías estatales y federales», afirman.

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Fue así como al no percibir respuesta dejaron su estado para buscar soluciones a sus demandas en la Ciudad de México: «Estamos viviendo en condiciones precarias, ya no tenemos ni agua ni víveres», explica en entrevista.

Lo que piden es una audiencia inmediata con el Ejecutivo federal, incluso, dice, existen otras organizaciones educativas que se han sumado a la lucha. Lo que los estudiantes de la Escuela Normal Rural Mactumatza buscan es la reapertura del sistema de internado, y el cese al hostigamiento estudiantil y social en la entidad.

Detalla que la Secretaría de Educación estatal amenaza con el cierre de la institución educativa, similar a lo que ocurrió en 2003, cuando esa escuela dejó de operar, aunque luego se reabrió con el apoyo de padres de familia y alumnos.

«Estamos aquí por ese motivo, para ver si por lo menos alguien del gobierno federal voltea a ver la situación en Chiapas», explica.

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Es importante la existencia de un sistema de internado, expone, debido a que es parte de la esencia de una escuela normal rural, aunado a que los estudiantes son provenientes de comunidades lejanas, y tampoco pueden pagar un cuarto mientras realizan sus estudios.

Refiere que las personas afectadas por esta situación son los estudiantes, y agrega que en el estado predomina además el rezago educativo, por lo que todas las organizaciones estudiantiles están en lucha.

La escuela tiene una demanda de dos mil estudiantes, pero sólo hay cupo para unos 120, y «mientras más pasa el tiempo más alumnos quieren entrar a esa institución, queremos seguir en la lucha para que la normal siga con vida», insiste.

Jacinto Canek, quien lleva ese nombre en honor a la Escuela Normal Indígena Intercultural Bilingüe Jacinto Canek, localizada en Zinacantán, Chiapas, representa a 350 estudiantes que buscan la reapertura inmediata de la institución, pues en la actualidad no cuentan con infraestructura y estudian en instalaciones prestadas.

Sin embargo, explica a Notimex, en febrero pasado comenzó otro semestre y ya no se les quiso dar otra instalación, tampoco se contrató más personal docente para la institución educativa: «Llevamos más de cinco meses sin contar con una instalación, tampoco contamos con educación como se debe para que nos formemos como futuros docentes y podamos atender a nuestros niños».

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Señala que en la actualidad, el término de calidad educativa que tanto se ha pronunciado en este sexenio es letra muerta debido a que no ven sus aplicaciones, de lo que se trata, dice, es de lograr que el Estado reconozca la obligación de fortalecer a los pueblos indígenas en materia educativa, incluso hasta el grado profesional, situación que no se cumple, reitera.

La escuela es la única normal indígena en el Estado; en el país son tres, una en Oaxaca y otra en Michoacán, pero la de Chiapas está en riesgo de cierre, añade.

Comenta que existe convencimiento de que llegará el apoyo, aunado a que ya se ha dialogado con el gobierno de Chiapas; sin embargo, los acuerdos alcanzados no son de carácter resolutivo y se posponen los trabajos en materia educativa.

Los inconformes buscan que se cumpla el acuerdo 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en materia educativa: «Nosotros tenemos ese sueño de egresar de la normal y regresar a nuestras comunidades para atender a nuestros niños indígenas».

En ese sentido, manifiesta que los estudiantes de esa institución conocen bien las realidades de la niñez indígena y pueden incidir para una mejora educativa en sus comunidades.

A las puertas de Palacio Nacional llegaron a principios de marzo, ya hay encuentros con las autoridades de Atención Ciudadana y se han anunciado mesas de diálogo, pero están en espera, mientras tanto, ya existen compañeros que ven afectaciones en su salud debido a las altas temperaturas bajo las lonas y a  las condiciones climáticas cambiantes de la capital mexicana.