Expertos restauran escultura de Nuestra Señora de las Aguas

marzo 21, 2019

México, (Notimex).- De acuerdo con un cuadernillo del siglo XVIII que resguardan las monjas concepcionistas, la Virgen Dolorosa, que se veneraba en el coro bajo del Real Monasterio de Jesús María, salió del templo en 1714 para cerrar las puertas y detuvo la inundación al momento en que el líquido subía hasta dos metros.

La escultura del siglo XVIII pertenece a la congregación de las Concepcionistas y se le rinde culto público en la capilla del actual claustro ubicado en el Centro Histórico de la Ciudad de México.

Además, es uno de los pocos objetos que conservaron las religiosas después de la exclaustración de 1861, cuando el convento, icono de la Ciudad de México se desarticuló.

“Nuestra Señora de las Aguas” fue trasladada a los talleres de la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural para su intervención y estudio, acompañada de las monjas del convento.

La restauradora que encabeza el proyecto, Judith Katia Perdigón Castañeda, explicó que como parte de la investigación se llevará a cabo un registro fotográfico y análisis de materiales, a fin de conocer su técnica de manufactura y deterioro.

En ese proceso se realizarán estudios de tomografía computarizada y radiografías y se emplearán otras técnicas específicas para identificar madera y capas pictóricas, entre otros elementos constitutivos.

En un comunicado, indicó que el principal problema que presenta la escultura es estético, pues se le colocó una cabellera rojiza e indumentaria que no corresponde a su época, y su encarnación original sufrió modificaciones.

Refirió que la advocación de la escultura, de acuerdo con su iconografía original, es de Virgen Dolorosa, ya que muestra el rostro con lágrimas, refleja dolor por el sufrimiento de su hijo, lleva sus manos entrelazadas a nivel del pecho y porta una daga que apunta al corazón.

Uno de los objetivos principales de este proyecto6 es devolver a la escultura su belleza original y su iconografía, por lo que se eliminarán elementos ajenos a la obra original, además se le otorgará estabilidad a la pieza.

Perdigón Castañeda explicó que a la par de la intervención y análisis se desarrolla una investigación histórica para saber quién es Nuestra Señora de las Aguas desde su iconografía y su devenir histórico, así como entender la relevancia que tiene en el Convento de Jesús María y conocer la perspectiva teológica.