Germán Martínez renunció a la dirección del IMSS; diferencias de… ¿gabinete?

mayo 21, 2019

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Moisés Sánchez Limón/Ciudad de México. El gobierno de un solo hombre, la administración del César López Obrador comenzó a acusar diferencias cuando entraba a la recta de los primeros cien días de gestión; hoy, Germán Martínez Cázares renunció a la dirección general del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). Aduce diferencias con la Secretaría de Hacienda, que implica diferencias con el secretario Carlos Urzúa Macías; aunque evita citarlo expresamente en la carta de dimisión presentada ante el Consejo Técnico del Instituto.

La dimisión ha confirmado la versión de las diferencias que hay en el gabinete legal y el ampliado de Andrés Manuel López Obrador, diferencias y desacuerdos expresamente con el Presidente que se ha convertido en el César cuya palabra y decisiones no tienen contrapesos y mucho menos réplica. ¿No pudo ordenar al secretario de Hacienda que controlara a sus cancerberos y se moderara en lo personal? Germán se hartó.

Hace unas semanas, consulté con una fuente confiable la magnitud del descontento que había entre miembros del gabinete con la forma de gobernar de López Obrador. La respuesta fue que lo hay pero nadie ni siquiera los miembros del primer círculo se atrevía a discrepar con el Presidente.

Pero, acotó esta fuente, en corto comentan sus desacuerdos y por lo menos un alto funcionario ha pulsado renunciar al cargo.

¿De qué nivel es ese funcionario?, pregunté.

–Muy alto, muy cercano a López Obrador—me refirió la fuente y, en efecto, el ex panista integrante del grupo que mandaba en el PAN y que fue miembro del gabinete de Felipe Calderón, llegó a Morena merced a su cercanía con Andrés Manuel.

Nadie lo recomendó y llegó a ocupar la estratégica dirección general del IMSS, donde el tema de la adquisiciones de medicamentos vía tráfico de influencias han tocado al empresario Carlos Lomelí Bolaños,  ex diputado federal y amigo cercanísimo de Andrés Manuel, quien lo designó delegado de su gobierno en el estado de Jalisco.

Y es que Lomelí es un multimillonario que amasó su fortuna en la comercialización de medicamentos y tiene la puerta abierta para hacer negocios con la administración de López Obrador, quien ya descalificó a las principales proveedoras de fármacos al sector público por supuestamente actos de corrupción.

Pero ese punto apenas sería uno de los motivos de la dimisión de Martínez Cázares, porque su renuncia la había comentado y pulsado en privado con amistades cercanas. Hoy se convierte en el segundo integrante del equipo de Andrés Manuel en dimitir; la primera dimisión de nivel fue la de la subsecretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, Patricia Bugarín Gutiérrez, quien se dio de baja «por un asunto personal impostergable», la semana pasada, el miércoles 15, Día del Maestro.

¿Diferencias con el secretario de Hacienda?

El hecho es que Martínez Cázares refiere como motivo de su dimisión «a la perniciosa injerencia que tienen algunos funcionarios de la Secretaría de Hacienda en el Instituto» que ponen en riesgo la prestación de los servicios.

En la carta de renuncia de once cuartillas, presentada al Consejo Técnico del IMSS, explicó que la dependencia maneja en sus servicios más de mil millones de pesos diarios, por lo que controlar en exceso esos recursos, sin racionalidad y sin apego a las normas, puede acabar con la vocación social del propio Instituto.

Recuerda que  López Obrador proclamó el fin del neoliberalismo pero, citó, en el Seguro Social la participación de Hacienda es neoliberal porque busca solamente “ahorro y más ahorro, recortes de personal y más recortes de personal, y un rediseño institucional donde importa más el cargo que el encargo”.

Martínez Cázares destacó que el IMSS necesita una reforma para acoplarlo al sistema universal de salud y un modelo preventivo que atienda los factores sociales que afectan a los mexicanos, y no de una renovación ficticia.

“Algunos funcionarios de Hacienda intentan una remodelación cosmética del IMSS, donde por ejemplo, se pretende reformar el reglamento para colocar funcionarios administrativos en los estados desde la Secretaría de Hacienda, y así anular a los delegados que este Consejo Técnico aprobó”, puntualizó.

Y sostuvo que la SHyCP busca nombrar, en todo el país, una especie de delegados administrativos estatales, “fuera del Consejo Técnico para que sean ellos quienes en los hechos administren, desde lo local, al Seguro Social”.

Precisó que mientras se discute la remodelación del Instituto, muchos trabajadores están en incertidumbre laboral, otros sin contrato, mientras que algunas vacantes aumentan y el rezago en infraestructura es “brutal”.

Detalló que en 2019 prácticamente está en cero el avance de obras y el pago a proveedores; los contratos y convenios de servicios están rezagados, y algunos están por vencer sin futuro de legalidad y eficiencia, en tanto que las compras de equipamiento están paradas y la reclamaciones y litigios van en aumento.

No obstante, enfatizó, el abasto de medicamentos si está garantizado, «aunque en algunos lugares pende de un hilo».

Insistió en que el control del gasto para el Seguro Social tiene dos consecuencias fatales, una directa para la dependencia teniendo pasillos llenos de espera de personas con dolor y que reciben un maltrato o atención con retraso; el segundo efecto es indirecto, «pero todavía peor», porque la falta de servicios en el seguro social fortalece a la salud privada, lo que ocasionará mayor gasto de bolsillo a las familias.

“Ahorrar y controlar en exceso el gasto en salud es inhumano. Ese control llega a escatimar los recursos para los mexicanos más pobres”, indicó.

Germán Martínez reveló que el IMSS Bienestar, mediante el cual se pretende otorgar medicamentos y consultas gratuitas a la población sin seguridad social, en cifras reales, al día de hoy, tiene menos recursos que el último año del gobierno anterior, porque le deben más de mil millones de pesos del llamado componente de salud, que le correspondía del desaparecido programa Prospera.

Asimismo, señaló que si la Secretaría de Hacienda creyera que los ahorros en el IMSS se pueden desviar a otros fines, «es necesario recordarle» que el Instituto no estará obligado a concentrar en la Teseroría de la Federación sus ingresos según el artículo 277 C de la Ley del Seguro Social.

En su opinión, nadie en su sano juicio se hará cargo desde el Instituto Mexicano del Seguro Social de instrucciones sólo en la Secretaría de Hacienda.

Advirtió que descuidar la recaudación tributaria, así como la debida y justa incorporación de los trabajadores al Seguro Social es suicida para este órgano tripartita.

Manifestó que la mayor corrupción en esta dependencia es la simulación de la declaración de las cuotas subestimadas que roban el esfuerzo diario de los trabajadores, porque con cuotas ficticiamente bajas pierden jubilaciones, pensiones de viudez y créditos para vivienda justos, mientras que algunos patrones acumulan inmoralmente esos recursos.

Martínez Cázares aclaró que el motivo de su diferendo con algunos funcionarios de la Secretaría de Hacienda no es la compra de medicamentos, pues no defiende a farmacéuticas, ni a proveedores o constructores, sino que buscaba fortalecer y hacer respetar al Seguro Social.