Greenpeace celebra: Xcaret desistió de megaproyecto turístico en Yucatán

agosto 6, 2024

Ante las llamadas de alerta de grupos ambientalistas, como Greenpeace, por el impacto negativo del megaproyecto turístico que se pretendía construir en un terreno cercano a Uxmal, la empresa Alto Comercializadora y Operadora Turística desistió del trámite de cambio del uso de sueño que había presentado ante la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).

De acuerdo con Greenpeace, la Semarnat emitió un resolutivo que dio por concluido y archivado el Procedimiento de Evaluación de Impacto Ambiental y de Cambio de Uso de Suelo en Terreno Forestal solicitado por Alto Comercializadora y Operadora Turística, en dos terrenos aledaños a la Zona Arqueológica de Uxmal, en el municipio de Santa Elena, Yucatán, cuya propiedad está registrada a nombre de los hijos de Miguel Quintana Pali, director de Grupo Xcaret.

⇒ De acuerdo a la resolución que se hizo pública en la Gaceta Ecológica de la Semarnat, la autoridad dio por concluido el procedimiento debido a que la empresa desistió de seguir adelante con su proyecto de destrucción a través de un escrito presentado el 26 de julio.

Ante ello, Greenpeace consideró que el desistimiento de Grupo Xcaret –quien previamente negó que se haya solicitado dicho permiso ambiental– es una victoria para la selva maya y un reconocimiento del poder de la gente y los medios de comunicación que siguieron con preocupación este tema.

“Desde Greenpeace decimos con firmeza no a la urbanización de la selva maya. El hecho de que este proyecto haya dado un paso atrás es gracias a que la ciudadanía está atenta a lo que sucede. Los medios de comunicación mostraron una gran preocupación al difundir nuestras alertas, y esto tuvo un efecto positivo que nos ha permitido romper con esa oscuridad en la que se envuelven las empresas que buscan inmensos beneficios económicos a costa del medio ambiente. Esta es una victoria para la selva maya, pero habrá que mantener la atención permanente para lograr una protección más sólida a esta zona de gran valor biocultural”, afirmó Carlos Samayoa, campañista de Selva Maya de Greenpeace México.

El 19 de julio pasado, Greenpeace presentó un documento a la Semarnat en el que emitió varias alertas sobre los impactos ambientales del proyecto en cuestión, incluyendo que su autorización representaría una apertura para la urbanización de la selva maya, las nulas medidas para evitar el riesgo de especies amenazadas y la incapacidad de probar que el acuífero no sería afectado. Ante ello, pidió a la autoridad no conceder la autorización de cambio de uso de suelo a la empresa promovente.

El megaproyecto consistía en abrir las puertas a la urbanización de la selva maya en Yucatán, pues pretendía iniciar un proceso de deforestación de más de 150 hectáreas de selva, lo cual implicaría talar alrededor de 165 mil árboles. La intención era construir 9 hoteles de 18 niveles, excavar el suelo a 36 metros de profundidad para construir elementos artificiales como una cascada de 59 metros.

También se contemplaba el desarrollo de macrolotes en diversas secciones del terreno, con la intención de desarrollar más proyectos turísticos y espacios residenciales a lo largo de 100 años de operación, lo cual implicaría mayores impactos ambientales futuros.