Investigación de moléculas en un diente da datos acerca de la evolución

noviembre 13, 2019

España/EFE. La recuperación de moléculas del molar de un gran simio que vivió en Asia hace dos millones de años ha permitido clasificar al Gigantopithecus, un género extinto de primates hominoideos de gran tamaño, en la cadena de la evolución del linaje humano.

Investigadores del Instituto de Biología Evolutiva (IBE-CSI-UPF) de Barcelona y del Globe Institute de la Universidad de Copenhaguen ha logrado recuperar esta evidencia molecular de la evolución de los homínidos, la más antigua hasta ahora, y ha reconstruido múltiples proteínas procedentes del esmalte de un molar fósil de Gigantopithecus blacki.

El trabajo, que publica este miércoles la revista Nature, ha sido posible gracias a una novedosa técnica que ha despejado una de las incógnitas que quedaba en la historia evolutiva más antigua de los homínidos.

Según ha explicado el director del IBE, Tomàs Marquès-Bonet, se trata de la primera evidencia molecular que permite clarificar la evolución del linaje humano y de los grandes simios más allá de lo que permiten las técnicas de ADN antiguo.

La técnica empleada, según Marquès-Bonet, también podría ser usada para analizar otros restos antiguos, que podrían arrojar más luz a la historia evolutiva y origen de los homínidos.

En los últimos años, el análisis del ADN ha revolucionado la comprensión de la historia humana ya que el material genético conservado en fósiles de antepasados humanos ha permitido reconstruir los últimos 50 mil años de evolución de los homínidos.

Pero los restos fósiles humanos más antiguos con ADN conservado datan de hace 400 mil años, lo que dejaba un vacío en la historia evolutiva más antigua que la paleogenómica aún no había podido explicar.

Ahora, por primera vez, con la restitución de proteínas del molar de dos millones de años hallado en una cueva de China han podido clasificar en la historia evolutiva al Gigantopithecus blacki, un simio gigante de más de tres metros de altura que habitó los bosques del sudeste asiático y se extinguió hace 300 mil años.

Según los investigadores, hasta ahora, lo que se sabía sobre esta especie es que era un herbívoro, pero con el análisis paleoproteómico han podido reconstruir la antiquísima historia evolutiva de este pariente lejano del hombre.

Después, continuaron apareciendo dientes e incluso algunas mandíbulas fosilizadas, pero la historia evolutiva no pudo avanzar por la falta de técnicas genéticas y moleculares disponibles.