Jornaleros digitales ceden derechos laborales por horarios flexibles
Ciudad de México. Los repartidores de Uber Eats, Rappi y SinDelantal se enfrentan cara a cara con conductores imprudentes, inseguridad, fallas en el sistema y desprotección laboral con tal de generar el ingreso que quieran en el tiempo que deseen.
Así lo atestiguan diez prestadores de servicio de entrega de alimentos entrevistados.
Todos y cada uno de ellos declararon que la flexibilidad de horario es su principal motivación, por ejemplo, a uno no le gusta el trabajo en oficina, a Javier Iván le permite trabajar y estudiar, Julio tiene negocios propios gracias a esta aplicación y Omar está buscando empleo en su rama, es algo temporal.
Julio refiere que el gran beneficio es la flexibilidad de trabajar lo que necesiten cuando quieran y hacer del dinero lo que desean.
Por su parte, a Juan Carlos lo incetivan las ganancias, pues gana más que como supervisor de ventas en su antiguo trabajo. Los ingresos van de 20 a 60 pesos por entrega, lo que a unos les genera 2 mil 500 pesos al mes y a otros 10 mil.
Todo depende de las entregas realizadas, las distancias recorridas y si había incentivos extra. Hay quienes hacen de ocho a 10 pedidos al día y otros que hacen más de 20.
La disparidad se debe a que cada uno de ellos es “su propio jefe” y como las plataformas son meras intermediarias no hay un contrato laboral de por medio.
En México, existen 800 mil contribuyentes del Servicio de Administración Tributaria (SAT) ligados a plataformas tecnológicas. Estas personas escogen su horario de trabajo, eligen el vehículo que más les conviene, compran el uniforme y equipo de seguridad y no hay límite de ganancias.
Un repartidor de Rappi y SinDelantal revela que no tiene seguro social, primas dominicales ni vacacionales o aguinaldo.
El 67.7 por ciento de la población económicamente activa de Puebla está empleada en las mismas condiciones, o sea, en el sector informal. Por lo que no tienen acceso a la seguridad social y aún menos a la laboral.
Omar opina que las personas que prestan sus servicios para estas plataformas digitales lo hacen porque no crecen económicamente ni tienen flexibilidad en trabajos formales.
Al repartir comida estas personas se exponen a accidentes de tránsito, en el caso de cinco repartidores que estuvieron involucrados en uno no recibieron apoyo por parte de las plataformas, aun cuando Uber Eats proporciona AXA Seguros durante los viajes y Rappi rembolsa los gastos médicos si el repartidor está conectado.
Estas fuentes revelan que los repartidores se han visto afectados por la inseguridad que azota al estado, pues tres saben de compañeros que han sido asaltados, apuñalados e incluso matados.
Cesar lo vivió en carne propia.
Este repartidor aceptó una entrega de Rappi en Paso de Cortés (Cholula) y al llegar a la casa del usuario lo recibió con un arma de fuego. Le quitó su moto y sus cosas. El repartidor cuenta: “[Rappi] no hizo nada. Simplemente dijeron que ellos no se hacen responsables y que es parte de los riesgos de ser repartidores”.
En Puebla no hay datos sobre robo a repartidores con y sin violencia, cifra que va en aumento en la Ciudad de México, pero en los primeros cinco meses de 2019 se registraron mil 302 robos a transportista con violencia y 20 sin violencia, según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
Otra característica del empleo son las fallas en las aplicaciones reportadas, específicamente en el GPS, en las alertas, bloqueos, deudas no actualizadas y retraso en los pagos.
La Secretaría de Hacienda y Crédito Público empezó a regular este tipo de empleo con retención de ISR e IVA a los prestadores de servicio de entrega de alimentos, pero los sigue catalogando como trabajadores independientes.
Federico Romero, presidente de Uber y Uber Eats, dijo que con esta resolución los socios accederán a seguridad social y servicios financieros. Sin embargo, Omar ya se dio de alta ante el SAT y Uber todavía no le informa si los papeles le asegurarán protección laboral.