Justin Trudeau y su esposa anuncian su separación luego de 18 años de matrimonio

agosto 2, 2023

Verano de separaciones. Este miércoles, el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, y su esposa, Sophie Grégoire, anunciaron conjuntamente que decidieron separarse tras 18 años de matrimonio, casi 20 años de relación y tres hijos en común.

En su mensaje, en inglés, el primer ministro canadiense destacó que “tras muchas conversaciones profundas y difíciles” decidieron separarse. “Como siempre, seguimos siendo una familia cercana con un profundo amor y respeto por cada uno y por todo lo que hemos hecho y seguiremos haciendo”.

⇒ La pareja pidió privacidad, por respeto al bienestar de sus hijos. Justin Trudeau, de 51 años, y Sophie Grégoire, de 48, se casaron en 2005 y tienen tres hijos: Xavier, de 16 años; Hadrien, de 14, y Ella-Grace, de 9 años.

La oficina de Justin Trudeau informó que ambos firmaron un acuerdo de separación legal. “Dijeron que han trabajado para asegurarse de que se hayan tomado todas las medidas legales y éticas con respecto a su decisión de separarse, y seguirán haciéndolo en el futuro”.

En los últimos años, Sophie Grégoire Trudeau –antigua reportera de televisión en Quebec, su provincia natal–, ha sido menos visible, optando a menudo por no viajar con su cónyuge en campaña o al extranjero, alimentando la constante especulación de que la relación estaba en crisis.

⇒ El anuncio del miércoles se produce apenas una semana después de que Justin Trudeau anunciara una reorganización de su equipo de Gabinete en un intento por redefinir la agenda económica de su gobierno.

La separación se produce casi 20 años después de que ambos se conocieran. Justin Trudeau contó esa historia en su biografía: En el verano de 2003, ambos se encontraron actuando de anfitriones en una gala de la Fundación Infantil Starlight. Cuando empezaron a hablar, él se dio cuenta de que Sophie Grégoire había ido a la escuela con su difunto hermano, Michel.

Unos días después, Sophie Grégoire envió un correo electrónico a Trudeau, diciéndole lo agradable que había sido conocerle. La nota le puso nervioso. “Ya había intuido que no se trataba de un encuentro ordinario ni de una mujer ordinaria, y que incluso el mero hecho de quedar para tomar un café se convertiría rápidamente en el resto de mi vida“.