Katia: la chica detrás del letrero “estoy con ustedes”

marzo 22, 2020

Juan David Castilla Arcos. Xalapa. Los mechones verdes en el cabello de Katia Gómez Rodríguez muestran su empatía hacia el Movimiento Feminista.

Tiene 24 años y labora como vendedora o mesera en un reconocido restaurante de la capital veracruzana.

Requiere ingresos económicos para pagar sus estudios, mantener a su hijo de tres años y contribuir a los gastos del hogar.

La joven estudia una carrera que es más común entre varones.

Busca hacer la diferencia. No importa si es mujer; ella sueña con ejercer su profesión de la mejor manera.

Cursa el décimo semestre de Ingeniería Eléctrica en la Universidad Veracruzana (UV), campus Xalapa. Está por titularse.

Incluso, realiza su servicio social en la Comisión Federal de Electricidad (CFE), una empresa donde anhela trabajar de manera formal.

Katia es originaria de Potrero del Llano, una localidad del municipio de Álamo Temapache, ubicado en la zona norte del estado.

“QUERÍA DECIR QUE LAS APOYO”

El pasado 8 de marzo, en el Día Internacional de la Mujer, Katia también hizo historia.

Su rostro fue conocido en diversos medios de comunicación, hasta en cadenas nacionales de televisión. Un acto de solidaridad la convirtió en el foco de atención.

La marcha de miles de mujeres pasaba sobre la calle Ignacio Zaragoza, frente a la plaza comercial donde Katia trabaja viernes, sábado y domingo.

Ella deseaba participar en la movilización para exigir que cesen los feminicidios y la violencia contra las mujeres.

Sin embargo, ese domingo, tuvo que trabajar. La necesidad económica influyó para que ella no se ausentara en su empleo.

“Tal vez si la marcha hubiera sido en otro día de la semana yo hubiera participado en la marcha. Las estaba viendo pasar y mi idea fue ayudar de esa forma, no buscaba nada más”.

Fue en ese momento, cuando Katia sacó una hoja blanca con el mensaje: “¡Estoy con ustedes!” y se acercó a la ventana del restaurante.

La fotorreportera Carol Suárez Barrón la vio en el preciso momento y la captó con su cámara.

La fotografía se viralizó en redes sociales y medios de comunicación, pues reflejaba claramente el sentimiento de muchas mujeres que deseaban participar en la marcha y no pudieron por cumplir con sus responsabilidades.

MADRE SOLTERA

Katia creció en una familia funcional, donde nadie padeció ningún tipo de violencia. Tiene tres hermanos y se considera afortunada.

“Crecí con toda mi familia, con mi papá, mi mamá, tengo tres hermanos aparte de mí, conmigo somos cuatro. La verdad sí creo que influye mucho el estar la familia unida, por las opiniones diversas de papá y mamá”.

Vive en Xalapa desde hace cuatro años, donde conoció al padre de su hijo. Pero, después de un tiempo, tuvieron diferencias y se separaron.

“Tampoco se puede obligar a estar juntos a quienes ya no se quieren, o sea, hay peleas y eso también influye mucho en los niños, crecen con traumas y desde empiezan a ver que la separación de sus padres estuvo mal”.

La estudiante de ingeniería tampoco padeció violencia por parte de su expareja; sin embargo, el ritmo de vida de ambos se complicó con el nacimiento de su hijo por sus múltiples responsabilidades.

Ambos estudian la misma carrera. Tenían que trabajar y encargarse de la crianza de su pequeño, lo que cada vez se tornaba más difícil.

Dicha situación los motivó a regresar a casa de sus padres y terminar su relación sentimental.

“Yo no vivo con el papá de mi hijo, pero no fue porque hubiera violencia o cosas así. Sentíamos mucho la presión por cambios. Ambos estudiamos lo mismo, él y yo teníamos la tarea, los exámenes, llegar a cuidar al niño que estaba chiquito, darle de comer, trabajar, hacer la despensa, era muy pesado”, recuerda.

Actualmente, aunque su exnovio la apoya económicamente, ella se encarga totalmente de la crianza; es una mamá “luchona”, como se les conoce también a las madres solteras.

PARO FEMENIL

Gómez Rodríguez se sumó al paro nacional “Un día sin mujeres” el lunes 9 de marzo.

En la empresa donde trabaja, la mayoría hizo lo mismo y eso entorpeció la operatividad de la misma.

Incluso, el restaurante tuvo que reducir los horarios de servicio por la falta del capital humano.

“Ahí es cuando se dan cuenta de que somos un equipo todas. Aunque faltamos nada más las mujeres pero les hacia falta personal”.

Katia está dispuesta a participar en la siguiente protesta feminista.

Además, se encuentra a la espera de que integrantes del Movimiento Feminista la busquen para que se sume a sus acciones.