La 4T rebasó por la derecha todo lo conocido

diciembre 19, 2019

De esa vieja magia negra ya no queda nada. Los cuatroteros agotaron todos los activos, los recursos del montaje sobre montaje, hasta que llegaron al callejón sin salida. Lo poco que se quiere recuperar de ese viejo sistema, es lo que se vocifera los fines de semana en giras de acarreados, desgraciadamente en los villorrios más pobres y apartados de todo el país.

Este fin de año el Caudillo nos deslumbra con otro montaje muy preparado: para taparle el ojo al macho, para eludir enfrentarse al dislate de la negociación fracasada, se anuncia con bombo y platillo, con pompa de quinto talón y circunstancia de comprometidos, un aumento al salario mínimo que suena a burla y a derrota.

Pero así ha transcurrido el primer año de la Cuarta Transformación. Y así amenaza con seguir hasta que el cuerpo aguante. Las amenazas de inminentes devaluaciones, escasez de alimentos de consumo general, la parálisis permanente del aparato económico y social, no importan. Lo que importa es que les crea ese 20% de saldos de su base popular en las aldeas.

Por eso se vanaglorian los resultados ante públicos desinformados, agobiados por la necesidad, desesperados frente al cataclismo. Son los únicos lugares donde el tambor de la mentira resuena con estridencia, con fantasmagórico retumbo de desastre, con olor a réquiem y, decididamente, con sabor a traición.

Ahora sí, los cambios ya parecen del todo irreversibles

Los cuatroteros han rebasado por la derecha a todos los regímenes recordados, y lo han logrado pese a presumir ser de izquierda, de luchar por los pobres, de defender los principios con honestidad valiente. Hasta que la culebra se mordió la cola. Hasta que enseñaron los colmillos, que se han cebado con los más débiles.

Las proclamas populares son el montaje infame de lo buscado. Ahora estamos sin salida, sin dinero y sin fichas para intentar siquiera una nueva apuesta que nos permitiera un boleto de regreso a la época anterior. Cumpliendo la amenaza, tal parece que, como van las cosas, los cambios se antojan irreversibles.

Nos acabamos hasta la confianza de los jugadores internacionales del nuevo panorama geopolítico. Ya nadie de ellos cree tengamos los arrestos para sentarnos en otra mesa del casino. Nos vieron demasiado verdes, demasiado temerosos, muy improvisados, poco profesionales para seguir confiando en nosotros.

Dos espadas penden sobre las cabezas de los empleadores

En todo el mundo ya saben que la Cuarta Transformación se quedó sin base social, que el país está en medio de la vorágine comercial, de la desconfianza empresarial y de la deserción en todos los partidos políticos. Saben que los empresarios locales no regresarán al carril de las inversiones productivas…

… menos sabiendo que colgarán sobre sus cabezas dos espadas golosas: la fiscal de la Cuarta Transformación y la supervisión gringa en materia laboral y de prestaciones sindicales. Saben que los inversionistas locales quedaron como pollos sin cabeza, abandonados por un gobierno que nunca entendió que debe gobernarse para todos.

Mayúscula, la deslealtad de los cuatroteros con los trabajadores

En el extranjero se dieron cuenta de que somos los únicos que no sabemos que el gabacho jamás ha cumplido un tratado internacional, mínimo desde que Dwight D. Eisenhower se burló de los coreanos en 1953, y así les fue a los pelotones de Mc Arthur en esa península, en esa invasión de firulais, la primera gran derrota de ese medio siglo.

También en el extranjero se sabe que los Estados Unidos jamás han cumplido con alguna observación de la Organización Internacional del Trabajo, a la que nosotros obedecimos a pie juntillas para destrozar la única planta laboral que quedaba. ¿Por qué siempre somos los últimos en enterarnos?

¿Por qué nunca tenemos decoro para ser el candil de la calle, por qué nos importa un pito el honor nacional cuando de cumplir caprichos externos se trata? Ahora hasta la manipulada Luisa María Alcalde dice que nuestros bajos salarios son desleales con Estados Unidos y con Canadá. Lo realmente desleal es que ahora habrá muchos menos empleos que ayer. Son desleales con el fundamento de la justicia social. Son prófugos de la justicia seca.

Aumento salarial, precursor del encarecimiento y de la inflación

Todos los presidentes del neoliberalismo y de la derecha anticomunista de la historia moderna del país han sido rebasados por un ilustre tabasqueño nacido en Tepetitán. Duele decirlo, pero aceptar es el primer requisito para remediar. ¿En dónde estaba el diablo metido cuando pasó todo esto?

Pagamos el pecado original de apostar por la reelección de Trump, pensando en su reflejo positivo en la política huehuenche, en vez de ingresar a las grandes ligas al lado de las naciones emergentes, las más poderosas de la actualidad. Por eso nos quedamos como perro sin dueño, como perro en el Periférico, anonadados y sin destino.

Iniciamos el 2020 con un presupuesto desfondado, sin programas de inversión, sin gabinete válido, sin expectativas económicas, con todos los indicadores como para salir corriendo. Los anuncios y las promesas se están apagando, fueron fuegos fatuos, desde el Tren Maya hasta el aumento salarial que sólo va a funcionar como precursor del encarecimiento, la inflación y la devaluación. El montaje fallido perfecto.

Desfondado, el partido de AMLO carece de cohesión y estructura

La vorágine, provocada por los mandatarios, nos ha tragado enteros. Sólo queda que los políticos militantes y los ciudadanos que han abandonado a sus partidos de nacimiento busquen regionalizarse, domiciliarse, integrar los frentes regionales que se requieren para oponer a Morena buenos candidatos.

Al fin, ya vieron que no es invencible, que está fracturado, que no tiene cohesión ni estructura. Que los mismos fundadores de Morena se han rebelado ante las injustas iniciativas promovidas por el Titular de ese movimiento. Posiblemente el 2020 será el año del nuevo realineamiento.

¿Cuál fue la amenaza de AMLO y de su Cuarta Transformación?

‎Pero los golpes recibidos y asestados en la línea de flotación de este barco llamado México, no tienen reversa.

¿A eso se refería el Caudillo cuando amenazó con que después de él, el diluvio, que nadie podría componer el panorama después de este año que viene?

¿Esa fue la real amenaza de la Cuarta Transformación?

¿El año que viene será pródigo en esta clase de montajes?

¿Usted qué cree?