octubre 15, 2019
“El tiempo se escapa, como una nube, como las naves, como una sombra”, dice el Libro de Job. Es una expresión ampliada de la alocución latina Tempus fugit, milenaria y absolutamente cierta. Vivir la vida como un conjunto de momentos presentes, planificados en corto plazo, en lugar de como una consecución de metas lejanas.
Horacio, el poeta latino aconsejaba: Carpe diem, aprovecha el momento, el tiempo vuela. La ocasión siempre es corta. Tal parece que aunque frecuentemente se olvidan, en política tienen un significado especial. El tiempo es corto, y las acciones pasan factura antes de que nos demos cuenta. Los desaguisados en la elección interna de Morena, resueltos a punta de metralleta, lo revelan, y lo recuerdan.
Lo que no se hace en la mañana, tampoco se hace en la tarde, decían los abuelos. Por eso nadie se explica cuál es el argumento que apoya al nuevo régimen cuando piden mayores plazos para empezar a limpiar la casa. Frente a los pretextos existen las contundencias, los datos duros que no pueden ni podrán esperar.
Es que se trataba de un cochinero el que dejaron los anteriores gobiernos. Sí, es cierto. Pero eso sólo pudo haber servido para haber tomado en su momento las decisiones fundamentales, empezando por las urgentes e importantes, las que se requerían para empezar a barrer las escaleras desde arriba hacia abajo. Lo que no fue, no será, cantaba José José.
Cada vez más creíble el pacto de impunidad AMLO – toluquitas
Y es que en un sistema autoritario como el mexicano, ante una sociedad esperanzada y con un marco jurídico constitucional apropiado como el que heredaron, las acciones no podían ni debían esperar. El gobierno debía haber mostrado el músculo para hacer respetar sus programas, si acaso correspondían a lo que se ofreció en campaña.
Hoy ya puede ser demasiado tarde. Las decisiones que bastaban al inicio ya no alcanzan para recuperar el bono de confianza y credibilidad que la sociedad extendió hace más de año tres meses. El interregno del 2018, después de ganar abrumadoramente era el momento clave para programar las acciones que deberían tomarse.
Cada vez es más creíble que atrás de la inacción hubo un pacto secreto de impunidad, consistente en brindar protección a los mayores delincuentes que ha conocido nuestra historia, poder tomar posesión del Estado y dedicarse a cazar charales para aparentar que la lucha contra la corrupción y los principales males del sistema político era en serio.
Hasta en las filas de Morena hay descontento generalizado
Se han dado bastonazos de ciego, los mismos que el movimiento contestatario de Morena crítico desde la oposición. Mucho ruido y pocas nueces, es el resultado. Ni a los charales se ha podido condenar ni castigar ejemplarmente. Los ciudadanos observan decepcionados a un régimen sin voluntad y sin conocimientos para aplicar la justicia.
Hoy las cabezas que deben exhibirse ya están fuera de alcance, se encuentran exoneradas y blindadas frente a la acción del Estado. Los cómplices neoliberales, los grupos compactos del fraude son ciudadanos de primera, con mayores méritos empresariales y políticos que los novatos que pretendían castigarlos. La ilusión voló.
Hasta en las filas de Morena hay descontento generalizado. Se refleja en la oposición interna para otorgar la conducción del movimiento a una persona con las mismas ataduras que los que pueden desalojar el ala. La decepción en los estados es grande por el nuevo cacicazgo de los liderazgos impuestos.
Se juzga que no hay resultados previos para poder esperar más. La corrupción también ha invadido renglones que se consideraban estratégicos para ser pilares de la nueva administración. Pemex, entre ellos, destacadamente, en manos de los mismos ladrones de siempre, gracias a moches monumentales recibidos por su titular.
La tiranía que se esperaba, nada más no cuajó y no fue por falta de ganas. Del huevo de la serpiente que podía haberse empollado no quedó sino una parvada de fanáticos que creen todavía que el líder está por encima de cualquier sospecha, como en los viejos tiempos del presidencialismo absoluto. Pero lo cierto es que ni esto quedó.
El tiempo y la terca realidad ahogan a la Cuarta Transformación
Los errores del primer año tienden a perpetuarse en el sexenio. Se trata de errores estructurales, que obedecen a la impericia y a una visión de corto plazo que no puede subsanarse con el solo transcurso del tiempo. Las proyecciones de programas erráticos, los objetivos confundidos, la falta absoluta de inversión y de dinero, el fantasma de los impuestos y las cacerías de cautivos que traen aparejados.
Así no se puede ir a ninguna parte, menos regresar de todas. El tiempo y la terca realidad ahogan a la Cuarta Transformación. No hay para dónde hacerse, menos si no se sabe cómo hacerse, y no se conocen las opciones que ofrece el sistema, porque no se escucha a quien las propone… o llegue a atreverse a proponerlas.
Las últimas encuestas no son espejo de lo que pasa en el país
Lo único que podría apoyar el argumento de la espera, de la tregua gubernamental, es que los necesitados hacen mayoría, pero los programas sociales que están dedicados a los más vulnerables de la población y sólo a una pequeña parte, no les llegan.
Los necesitados, que debían ser apoyados por el bien de todos, son de los grupos más irritados y decepcionados. Si Morena cuenta con ellos, debería pensar mejor, actuar mejor. Los últimos ejercicios demoscópicos, manejados a modo no son el espejo de lo que pasa en el país.
El desfonde ciudadano y electoral es un hecho. Del 90% al 50%
En buena hora la oposición en la Cámara se opuso a realizar el plebiscito de revocación de mandato en el 2021. Ahora se ve que era un jueguito de pierde – pierde. Si ganaba el Titular, perdía el país, se alejaba toda forma de crítica y reclamo ciudadano. Si perdía, también, porque quedaría al frente esa cosa de secretaria de Gobernación. ¡Ay nanita!
El desfonde ciudadano y electoral es un hecho. Aquellas aceptaciones que llegaron a estar por el 90%, se han convertido en escasos 50 o menos, según sea el color del billete que haya limpiado los lentes del que mide las encuestas. En todo caso, el país no está para aspirinas, ni para esperas, aunque hay cosas que ya no podrá esperar.
¿Cuáles? las importantes y necesarias. El empleo, la justicia, las medicinas, los alimentos oportunos y suficientes, la seguridad, los programas sociales a población abierta, las elecciones limpias, tranquilas y copiosas, la educación, la dignidad frente a los invasores del extranjero, el concepto del Estado, la imagen de México como queríamos verla.
Hasta los partidos de izquierda perdieron ya su razón de ser
No sólo el huevo no pudo empollarse.
Corrieron la misma suerte casi todas las promesas de campaña.
Y hasta la razón de ser de las oposiciones de izquierda, que aquí se jugaron el resto.
¿No cree usted?
Índice Flamígero: Y sí, hubo metralletas y metralla este fin de semana en los congresos distritales del partido en el poder. Uno de los aspirantes a la dirigencia nacional, Alejandro Rojas Díaz-Durán lo expone en un mensaje a la opinión pública: “Este fin de semana hubo de todo en los Congresos Distritales celebrados en 2 Circunscripciones del país: violencia, balazos, heridos, golpes, violencia, pleitos, inconformidades, QRS falsos; exclusiones al por mayor; intervención de funcionarios que pidieron licencia días antes para acarrear a gusto a la gente preseleccionada; amenazas; cambios de domicilio; congresos distritales con menos de 100 militantes, rasurados del padrón, et al. El promedio de asistencia no fue mayor de 500 personas. Una vergüenza por la exclusión de la mayoría de las bases. Este Congreso Nacional de nuestro movimiento es un fraude planeado con alevosía y ventaja en contra de los Protagonistas del Cambio Verdadero y de las bases de Morena. Somos una vergüenza nacional, por la irresponsabilidad de la Nomenclatura que sigue montada en su macho para imponer a una las suyas. Insistiremos en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, para que dicte las medidas cautelares en contra del padrón ‘patito’ que está manipulando la Nomenclatura para excluir a los líderes y militantes que hicieron posible el triunfo del Presidente Andrés Manuel López Obrador. Por último, están circulando encuestas pagadas en las que inflan a Mario Delgado y a Yeidckol Polevnsky. De risa loca. Están tan manipuladas esas encuestas que nadie en su sano juicio cree que Yeidckol Polevnsky es apreciada por la gente dentro y fuera de Morena. En fin, ellos traen con qué. Las verdaderas 3 encuestas están por hacerse, después de 3 debates, porque no duden de que se va a caer este Congreso Nacional con la ley en la mano.”