La huasteca se apropia de Los Pinos
México/Notimex. Los seis estados que conforman la región huasteca del país —Hidalgo, Puebla, Querétaro, San Luis Potosí, Tamaulipas y Veracruz— se hicieron presentes en el Complejo Cultural Los Pinos para compartir con el público la vitalidad de esta región; a través de música, artesanías, textiles, danza, medicina tradicional y su gastronomía.
En el que anteriormente fue el Helipuerto de ese recinto se apreciaron los sonidos de la quinta huapanguera, la jarana, el violín y guitarra, dando como resultado los sones del huapango; música popular mexicana que invitó a los asistentes a bailar.
El festival La huasteca en Los Pinos, la cual inició el día viernes 15 de noviembre, reunió a más de 300 participantes que ofrecieron al público asistente pruebas de la multiculturalidad de los pueblos indígenas tének, nahua, totonaco, tepehua, otomí, pame y la cultura mestiza.
El estado de Hidalgo llevó a Los Pinos la Danza de Tecomates, la cual se baila en la fiesta de Todos los Santos o Xantolo; Las Inditas, ejecutada por jóvenes mujeres en las fiestas patronales; Tres Colores, en la que sus 13 integrantes hacen alusión a los meses del año y el Sol; y Xochitines o Danza de las Flores, representativa de la Huasteca por considerar a la flor como un elemento sagrado.
En tanto, de la comunidad de Chignautla, en la sierra norte de Puebla, Paixtles, participaron danzantes con trajes de heno. Augusto Díaz —cronista municipal de esta comunidad—, señaló que la danza de los Paixtles es de origen prehispánico y representa a la madre naturaleza; la flora, árboles viejos; y la fauna, ardillas, armadillos, zorros, pájaros, liebres, entre otros.
“Es una danza poco conocida, solamente existe en Chignautla y otra en estado de Jalisco. Es importante compartir y valorar los elementos de la identidad que tenemos como pueblo. Actualmente la tecnología nos rebasa y nos olvidamos de dónde vivimos”, apuntó el experto chignautla.
La escritura huasteca
El escritor Guillermo Garrido Cruz (Huauchinango, Puebla, 1966) presentó en el escenario principal del festival, su libro “Xochicoscatl”: “esta palabra se utiliza para nombrar al collar de flores y le puse así porque el libro está compuesto por varios artículos que versan sobre la cultura e historia de la huasteca poblana”.
“En el libro hablo sobre el códice de Cuaxicala, el temazcal, la danza de los voladores, la música de la huasteca y los mitos que hay en esta región. Hay que dar a conocer todo esto porque no hay un libro de divulgación para que los niños y jóvenes conozcan esta parte de la Sierra», señaló el escritor poblano hablante de náhuatl.
Pedro Pérez Luna (Huehuetla, Puebla, 1982) también presentó su libro “Laapanit”, su segunda creación literaria, la cual busca promover la lectura entre los niños totonacos, y mantener viva la cultura y lengua de estos pueblos de la región huasteca. El escritor indígena apuntó que el libro está escrito en inglés, francés y español, «porque todas las lenguas tienen el valor y por lo tanto deben estar al mismo nivel».
Por su parte, la participación de Tomasa Palomares —mujer versadora de 92 años originaria del estado de Tamaulipas—, fue escuchada con atención por el público presente, agradeciéndole los versos que dan vida al huapango.
Antes de concluir el evento, el titular de la Dirección General de Culturas Populares, Indígenas y Urbanas (DGCPIU), Mardonio Carballo, destacó el esfuerzo que han puesto las secretarías de culturas de los estados de la huasteca para realizar este evento dedicado a las culturas campesinas e indígenas.
“Es importante que un espacio como éste tenga la presencia de los pueblos indígenas y campesinos de una región muy apreciada. Pensamos que ha sido una posibilidad del reconocimiento de los otros, es importante mostrar este tipo de actos a una ciudad que merece conocer al otro”, apuntó el funcionario de la Secretaría de Cultura.