A esta enfermera la pandemia le quitó la libertad de caminar con su uniforme, pero no el amor a su profesión

julio 28, 2020

Regina Montes. Xalapa. En 7 años que Cynthia Rendón Salas ha dedicado su vida a la enfermería, es la primera vez que no puede portar su uniforme al salir a la calle por temor a sufrir alguna agresión. 

Varios de sus hábitos y rutina, en su vida laboral y personal, con su esposo e hijo, fueron transformados por el Covid-19. Ahora también hay miedo, pero lo que no cambia es el amor a su profesión. 

Tiene 33 años, y siempre ha laborado en el Centro de Salud Gastón Melo ubicado en el corazón de la ciudad. Al llegar a su centro de trabajo, tiene que entrar estrictamente con cubrebocas, el vigilante les entrega gel antibacterial y en seguida se lava las manos. 

Antes, ella podía andar con su uniforme en la calle, a raíz de las agresiones a otras compañeras y compañeros en algunos estados del país, recibió un oficio de la Secretaría de Salud donde les pedían no portarlo. 

“Al trabajo llego de civil y ahí me tengo que cambiar, igual a la hora que salgo del trabajo. Con mis pacientes, desde siempre he tenido higiene, pero ahorita se han incrementado como el lavado de manos, cubrebocas, y atendiéndoles guardando distancia”. 

Su trabajo se encuentra en el área de vacunación donde ha notado que los padres y madres han dejado de asistir a las vacunas de sus hijos por temor de salir de casa y el riesgo que corren al acudir al hospital y completar su esquema de vacunación. 

Su profesión la ha obligado a tratar con personas que sospechan tener Covid y cuando ello ocurre, usa un equipo de cuidado y protección especial. 

“Hay un cuarto especial, un consultorio especial para esos pacientes alejado de los demás consultorios, el personal y los demás pacientes, y se nos brinda un equipo de protección tanto al médico como la enfermera y se atienen a los pacientes. En casa también han cambiado algunos hábitos cuando llegamos dejamos los zapatos en la puerta, inmediatamente nos cambiamos, lavamos las manos, si vamos a comprar todo lo lavamos más de lo normal”, añadió. 

Como casi todo el personal de salud, Cinthia ha sentido miedo al atender un paciente sospechoso de Covid porque no sabe en qué condiciones llega al centro de salud, pues incluso le ha tocado atender a sus mismas compañeras enfermeras de hospitales como el Centro de Alta Especialidad (CAE) “Dr. Rafael Lucio” donde llegan las personas contagiadas, pero no ha dejado de atenderlas con el mismo amor y paciencia. 

Cuando se enteró que enfermeras de otros estados fueron atacadas por dar atención a pacientes con Covid, hubo miedo e inseguridad, pero también frustración; y es que es casi increíble que quien no ha hecho más que ayudar y trabajar, sea agredido. 

“Desde un principio supe que mi trabajo era exponerme y estar al pendiente del cuido de las personas y ayudarlas, entonces a pesar del miedo, una le tiene vocación y cariño a la profesión”. 

Por ello, pese a todo lo que vive actualmente, en ningún momento ha llegado a pensar en “tirar la toalla”, al contrario, su única intención es seguir ayudando y vencer esta pandemia que le ha arrebatado la vida a miles y miles de personas. 

“Todavía hay mucha ignorancia de las personas, la verdad da un poco de tristeza por los compañeros que han fallecido y los compañeros que están en los hospitales, principalmente el CAE o la clínica 11 que son los que están más expuestos a personas contagiadas y que las personas hagan conciencia”.