Libros en el Zócalo

octubre 10, 2019

Redacción/Notimex.- Se acerca la Feria Internacional del Libro del Zócalo de la Ciudad de México, del viernes 11 al domingo 20 de octubre de 2019. Una multitud de lectores inquietos se volcará con la expectativa de hallar el título de su preferencia. Muchos se concentrarán en tomar algunas tardes para visitar los pasillos atiborrados de ejemplares.

Largos y sinuosos andadores que no se pueden caminar con rapidez, ya que en una primera visita se revisan las novedades que presentan las editoriales mientras en una segunda o tercera vuelta se destina para llevarse los libros que han sido de su interés.

No es fácil seleccionar unos cuantos títulos entre tan vasto universo libresco. La verdad, es una actividad que se antoja imposible, casi infinita. Con una oferta llena de conferencias, conciertos, presentaciones de libros y lecturas de textos inéditos, la FIL del Zócalo es, sin lugar a dudas, uno de los eventos más esperados por los capitalinos. Así que tenemos que agradecer la organización de la Secretaria de Cultura de la Ciudad de México y de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (CANIEM).

Además de las ofertas y novedades editoriales, también se presentan y se encuentran una buena cantidad de editores. Estos personajes, sobre todos los editores independientes, están con la ilusión en la boca, recomendando sus nuevos libros, aquellos que han costado una infinidad de esfuerzos y dineros. Ahí emplean sus mejores argumentos para platicar desde cómo convencieron a ciertos autores hasta encontrar una buena imprenta para llegar decorosamente a la plancha del Zócalo y ofertar una nueva joya literaria.

Lo mismo sucederá con aquellas revistas, fanzines, libros únicos, casi de colección, elaborados de acuerdo a la demanda. Algunos saldrán todavía con la tinta fresca y los dibujos recién hechos, justo para la fiesta que significa año con año. La férrea convicción de que editar es importante se constata en el gran número de proyectos marginales. Cada año su cantidad aumenta y algunos son de excelente calidad literaria o apuestas arriesgadas. Afortunadamente la Ciudad de México tiene lectores para cualquier dimensión libresca.

La suerte siempre está del lado de los lectores que admiran a ciertas plumas. Desde luego emocionan los foros de las presentaciones y conferencias que rinden homenaje a los escritores recientemente fallecidos.

 Pocas ferias tienen esta magia: lo mágico de una primera visita y sus reiterados regresos. Le ayuda en este propósito su espíritu gratuito donde, además de la gran promoción de la lectura, se derrama la alegría de quien lee por primera vez sus textos ante un público, que nunca es poco. Si se pudiera, algunos autores pagarían por una audiencia así.

En el Zócalo esa idea queda descartada: hay una excelente asistencia. Porque el público es asiduo desde las primeras horas; a veces se nutre de hombres y mujeres que se toman un descanso dentro de sus largas caminatas de marchantes acalorados. Muchas veces, ante sus pies cansados, cae la historia y el poema al alma que encontró su destino maravilloso, porque alguien está expresando lo que tantas veces ese caminante no pudo.