Los Tres Amigos se reúnen: Alfonso Cuarón, Guillermo del Toro y Alejando González Iñárritu conversan sobre sus trayectorias dentro del cine
Redacción Xalapa.- Conocidos en Hollywood como “The three amigos”, Guillermo del Toro, Alejandro González Iñárritu y Alfonso Cuarón, con siete premios Oscar a cuestas entre los tres, se reunieron en un evento de Netflix para conversar sobre su vida y trayectoria, así como el desarrollo de sus respectivos proyectos cinematográficos más recientes. La reunión se convirtió la noche del viernes en un gran evento de Hollywood.
La velada comenzó con un poco de nostalgia. Del Toro recordó la primera foto de los tres que dio la vuelta al mundo. Fue tomada hace 16 años en la alfombra roja de los Oscar de febrero de 2007. La foto de familia creció diez años después, en 2017, cuando los directores posaron en Cannes con Salma Hayek, Gael García Bernal, Diego Luna y Emmanuel Lubezki.
“Para nosotros tres, una cosa que tenemos en común es que no tenemos una diferencia entre filmografía y biografía”, señaló del Toro en la parte superior de la noche. “Hacemos películas que reflejan nuestras vidas [de] dónde estábamos al principio, y creo que será realmente hermoso hablar sobre dónde estábamos hace 16 años. Fue un momento realmente interesante, estábamos abriendo camino de alguna manera”. Fue en 2007 que Del Toro fue nominado al Oscar por El laberinto del fauno, el mismo año Iñárritu fue nominado por Babel y Cuarón por Hijos de los hombres.
Después de un clip que muestra los aspectos más destacados de las películas de Iñárritu, Cuarón comentó sobre su exploración frecuente de la muerte figurativa y literal, que Iñárritu dijo que “viene de un miedo y una conciencia muy, muy primarios que todos compartimos, que es que no importa qué raza, nacionalidad o lo que sea, creencia política, todos moriremos”, con sus películas, una forma de imaginar su propia muerte de una manera más profunda.
Mucho ha pasado en estos años. «Dos matrimonios y 90 kilos después», bromeó Del Toro, quien junto con Iñárritu vuelve a una nueva temporada de premios. El cineasta tapatío presenta su adaptación de Pinocho, una cinta de animación en técnica stop motion.
Las bromas continuaron cuando Del Toro explicó que, después de La forma del agua y El laberinto del fauno, pensó que eran las últimas películas que haría debido a que puso tanto en ellas.
“Dices eso todo el tiempo: ‘Voy a hacer solo uno más y ya está’, y de repente, oh, estás preparando otro”, dijo Cuarón, mientras Iñárritu agregó, “Guillermo todo el tiempo decía que este es el último, y hoy me contaba ya de tres proyectos. Te dije algo que me dio risa porque es como los mexicanos, decimos ‘OK, el último trago, el último trago’. Cuando tu amigo se sentó, sabes que le quedan dos botellas”.
Iñárritu también está promocionado su obra más personal, Bardo, que ha demostrado ser desafiante para los espectadores que siguen su trabajo desde que sorprendió con Amores Perros en el arranque del siglo XXI. Iñárritu le comentó a Cuarón, director de Roma, que tras hacer Babel sintió la necesidad de renovar su lenguaje cinematográfico. «Sabía que necesitaba reinventarme. Estaba hastiado de mí mismo», afirmó el ganador del Oscar por Birdman. La búsqueda de esa nueva herramienta para comunicarse comenzó con Biutiful, una cinta protagonizada por Javier Bardem que lo llevó a España y de vuelta al español después de haber rodado en inglés 21 gramos y Babel. «Mis películas son un rayo X de un momento emocional. Aunque lo niegues o suprimas. Por eso no puedo ver estas películas. No puedo ver cosas que no puedo recordar porque representan un tiempo en la vida. Tienen una intensidad que a veces no reconoces», afirmó en la conversación.
Enfocado en lo que será su debut televisivo en streaming y sin película que promocionar en el actual ciclo, Alfonso Cuarón se limitó a servir solo de moderador. Esto para la frustración de Del Toro, quien intentó hacer un par de preguntas que el director de Hijos del Hombre evitó a toda costa. «A mí no me llegó el memo o qué… Aquí dice los tres amigos y este cabrón no habla», bromeaba Del Toro ante las risas del auditorio David Geffen, que estaba totalmente lleno.
Cuarón y Del Toro descubrieron, varias décadas más tarde, que estuvieron en el mismo cine viendo las mismas películas. La familia de Cuarón, originario de Ciudad de México, veraneaba en el lago de Chapala, un balneario cercano a Guadalajara. En aquellos pases de verano, los menores, sin conocerse, se maravillaban con El Santo contra las mujeres vampiro, El hombre lobo y Melody.
Del Toro también recordó cómo visitó a Cuarón en su casa para contarle de principio a fin el argumento de El laberinto del fauno frente a un caldo de pollo. «Al terminar, los dos estábamos llorando», dijo el creador de Hellboy, quien este viernes ha confesado a la audiencia que él hace la voz de todos los monstruos que habitan su filmografía. Desde los que aparecen en Pacific Rim hasta el propio fauno.
Del Toro explicó que, al igual que Iñárritu, ha estado obsesionado con la muerte toda su vida, incluso llamándose a sí mismo “un groupie de la muerte”.
“Es como si todo el mundo esperara que David Bowie viniera a la ciudad, y yo estoy esperando la muerte”, agregó del Toro, diciendo: “La vida tiene sentido, realmente lo creo”. Recordó que Cuarón le había dicho una vez que es muy católico porque todos los personajes de sus películas mueren para ser felices, y comentó sobre su fascinación por los monstruos: “Me identifico completamente con ellos… vi Frankenstein, dije, ese es mi Jesús ahí; en eso creo yo, ese es mi santo”.
En otra ocasión, Cuarón, quien llevaba años haciendo cine antes de filmar Solo con tu pareja, llamó un día a su amigo para recomendarle que viera Amores Perros. Aquella era la primera película de un hombre que se había fogueado en la publicidad. Del Toro hizo caso y creyó que la ópera prima del entonces llamado González Iñárritu era «una obra maestra» a la que le sobraban 20 minutos. Así que lo llamó para decírselo. La confianza afloró pronto en la relación y Del Toro voló desde Austin, Texas, a México para convencerlo de que sacara la tijera y cortara mucho de la segunda historia que forma la trama.
A pesar de las trayectorias que han logrado, en la noche también se habló del fracaso. El cineasta reflexionó sobre cómo su idea de Pinocho fue rechazada por todos los estudios durante 10 años, y bromeó diciendo que era un mal vendedor: «No estoy haciendo una película para niños, pero los niños pueden verla».
Iñárritu afirmaba que la experiencia le ha dado la valentía suficiente «para alzar la voz ante el rechazo». Usó de ejemplo Birdman, una película que los estudios le rechazaron por dos años hasta que finalmente se hizo (y ganó cuatro Óscares en 2015).
Además, Iñárritu dijo que experimentó el mismo nivel de rechazo durante dos años al intentar hacer Bardo, y explicó que «vas a los sospechosos habituales y piensas que porque tienes algunos premios y algunos Oscar, obtendrás luz verde, la mala noticia es que eso no existe.” Escuchó algunos no, pero la necesidad por hacerla era mayor, así que comenzó a financiarla y pensó en poner en venta su casa para lograrlo. Antes apareció el gigante del streaming, quien ya ha dado cobijo a los tres amigos.
Del Toro intervino: “Para su placer, esta mañana una de mis películas fue rechazada. Nunca se detuvo”.
Para cerrar el evento, que Del Toro rebautizó como «Dos amigos» después de la insistencia de Cuarón de mantener el enfoque en sus amigos, el director de Pinocho les dijo a sus compañeros cineastas: “Los admiro muchísimo, a ambos. Cuando ellos dicen: ‘Bueno, ¿de qué se trata esto?’ Creo que se trata de amor, porque los amo, y se trata de admiración, porque los admiro. Me inspiran cada año de mi vida. Hemos estado juntos profesionalmente desde el comienzo de nuestras carreras y siempre me han inspirado, y siempre han sido un compañero, un maestro y un hermano”.
Iñárritu agradeció especialmente a Cuarón por su ayuda y consejos en los inicios de su carrera, quien “desde entonces, en general, generosamente, ha sido básicamente el mecenas y para mí, la bendición en mi vida como cineasta en un trabajo tan privilegiado que tenemos, pero tan duro y, a veces, tan solitario para caminar por este camino”. Continuó: “Nunca solo en tu vida, siempre con dos amigos que pueden sostenerte en el fracaso y pueden celebrar contigo el éxito. Estos dos tipos, sin ellos, no existiría”.