Merkel y Lagarde, mujeres empoderadas que asumen el reto del cambio
marzo 6, 2019
Nueva York/Notimex. El empoderamiento de la mujer sigue siendo elemento central de los esfuerzos de la ONU para hacer frente a los desafíos sociales, económicos y políticos del mundo, y mujeres como Angela Merkel y Christine Lagarde son representantes innovadoras que han asumido esos retos.
Luego que en 1945 se firmó la Carta de las Naciones Unidas, el primer acuerdo internacional para afirmar el principio de igualdad entre mujeres y hombres, las mujeres se han asumido como agentes de cambio que, en condiciones de igualdad, buscan desarrollo sostenible, paz, seguridad y respeto a los derechos humanos.
Cada 8 de marzo la ONU celebra, a partir de 1975, el Día Internacional de la Mujer y este 2019 el tema elegido para la conmemoración es «Pensemos en igualdad, construyamos con intelilgencia, innovemos para el cambio».
Merkel y Lagarde han demostrado con hechos que están preparadas para tomar decisiones de gran envergadura, dado el cúmulo de éxitos que preceden sus respectivas biografías públicas. También han dado impulso a otras mujeres para seguir sus pasos.
Nacida en 1954, la canciller alemana Merkel logró convertirse con una meteórica carrera política en la líder más influyente de la Europa moderna. Desde que fue la primera mujer en convertirse en canciller federal en noviembre de 2005 ha sido reelegida en cuatro ocasiones.
En 2016, la revista Forbes la calificó como la mujer más poderosa del mundo y, según diversas encuestas, lo sigue siendo.
Merkel ha debido sortear problemas agudos como llevar adelante el proyecto integracionista europeo en una época en que temas como el Brexit sacuden la mancomunidad, además del tema de los refugiados y la inestabilidad causada por la crisis del euro por las abultadas deudas de algunos países.
En un tiempo en que Estados Unidos se alejó de Europa, la canciller federal debió echarse al hombro el peso de dirigir la Unión Europea frente a los avances de países como Rusia e incluso China que involucran su poderío militar y económico.
En una encuesta del Pew Research Center a principios de 2018, Merkel recibió un 60 por ciento de aprobación en Europa, y de 42 por ciento a nivel global, por encima de Donald Trump, Vladimir Putin y Xi Jinping, lo que muestra que su capacidad es vista con buenos ojos tanto en territorio local como en el exterior.
De su lado, la francesa Lagarde también ha sido la primera mujer en dirigir el FMI, una de las instituciones surgidas de Breton Woods junto al Banco Mundial (BM), pero antes fue en su propio propio país ministra de Finanzas, Economía e Industria, y Agricultura y Pesca, enntre otros cargos.
La revista Forbes la colocó en 2009 en una lista como la decimoséptima mujer más poderosa del mundo y el influyente diario británico Financial Times la colocó el mismo año como una de las principales ministras de Finanzas de Europa.
Lagarde ha sido la encargada de cambiar la imagen que el FMI tenía entre muchos países en la década de los 90, cuando se acusaba al organismo de provocar la ruina de decenas de países y formaba parte del catálogo de la lucha ideológica a partir de sus fórmulas ortodoxas para llevar disciplina a las finanzas públicas.
En la actualidad, la máxima responsable del FMI enfrenta retos como la forma de financiación que deberá tener el organismo en el corto y mediano plazo para seguir funcionando como apoyo global para las finanzas nacionales y la forma de distribuirlos, con un telón de fondo que incluye el enfrentamiento comercial entre China y Estados Unidos.
La resolución de estos problemas viene aparajeado con apoyos que parten de otras mujeres.
En los últimos meses la batería de mujeres con poder de fuego para resolverlos incluye a Gita Gopimath, Pinepoli Koujianou y Laurence Boone, quienes dirigen los departamentos económicos del FMI, el BM y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), respectivamente.