Misión imposible
agosto 30, 2022
Tan pronto tomó posesión de las riendas del gobierno de Veracruz, aquel 1º de diciembre de 2018, un joven y bien intencionado Cuitláhuac García Jiménez, declaró Emergencia Humanitaria por la desaparición forzada de personas en el estado, e hizo un llamado a las organizaciones internacionales de Derechos Humanos, incluida la Organización de las Naciones Unidas, para participar en un plan de emergencia.
Durante sus años de opositor, García Jiménez estuvo involucrado con los colectivos de lucha magisterial, pensionistas y demás causas sociales, no estoy segura de saberlo involucrado directamente, con algún colectivo de víctimas y familiares de desaparecidos, supongo que como todos los mexicanos, estaría consiente del gravísimo problema por el que atraviesa el país, y al iniciar su periodo gubernamental, el señor tuvo la mejor disposición de aliviar en gran medida, la terrible situación.
García Jiménez, luego de haber hecho la declaratoria de Emergencia Humanitaria, tuvo reuniones periódicas con los colectivos de desaparecidos, la Comisión Estatal de Derechos Humanos, la Fiscalía General del Estado, que en aquel momento dirigía Jorge Winckler y hasta nombró directora de Cultura de Paz del Gobierno Estatal, a la doctora Mayra Ledezma Arronte, una investigadora de la Universidad Veracruzana, que en aquel momento al menos en lo académico, habría producido investigación suficiente, como para solucionar el aberrante conflicto de la desaparición forzada de personas en Veracruz, pero en la práctica al parecer, la situación justo ahora, no tiene una solución al alcance de nadie.
Ayer, se conmemoró el Día Internacional de las Víctimas de la Desaparición Forzada y en Veracruz, un estado inmerso en esa problemática, los colectivos de familiares de personas desaparecidas, se apostaron al centro de la Plaza Lerdo y reclamaron al gobierno mayor atención, ya que consideran que es insuficiente el apoyo que hasta ahora el estado ha brindado, para la recuperación de los cuerpos que no han sido exhumados, en la gran cantidad de fosas clandestinas en el territorio veracruzano, pero no solo eso, también los colectivos exigen, que los cuerpos sean identificados y tienen toda la razón, no hay veracruzano que merezca no volver a saber de su familiar, no tener un cuerpo para enterrar y llevar a cabo los rituales de la muerte, que en algo alivia el dolor de la pérdida, nadie debería pasar por eso.
La situación que se vive en Veracruz, debido a la desaparición forzada es el verdadero infierno y la solución no pareciera llegar pronto, la doctora Ledezma Arronte, renunció hace poco a la dirección de Cultura de Paz, debido según lo declarado por ella misma, a que no existían las condiciones para su permanencia.
La realidad es que no habrá las condiciones en ningún lado, no hay nivel de gobierno en el que existan las condiciones, que puedan solucionar el gravísimo rezago que hay en Veracruz con la identificación de fosas, la exhumación e identificación de los restos y eso para empezar, porque el trabajo de tanatología, que se tendría que hacer con los colectivos, ese ni siquiera ha empezado.
Yo con todo el dolor de mi corazón lo veo muy difícil, por un lado los activistas le exigen al gobierno la aparición con vida de sus familiares y por otro ya probamos a Acción Nacional que no dio solución, probamos al Revolucionario Institucional que tampoco pudo con el encargo y hoy en día le exigimos a un gobierno que tiene las mejores intenciones, pero con intenciones no lograremos aparecer con vida a nadie, tampoco se logrará exhumar todos los cuerpos y mucho menos se logrará identificar los restos para entregarlos a sus deudos.
En el camino de los colectivos de las víctimas de desaparición, aún no se ve la luz y el trayecto para ellos cada vez es mas pesado, sin embargo y pese a la incapacidad de nuestros gobiernos, lo menos que podrían hacer sería estar abiertos al diálogo.
Sin embargo para ellos nada será suficiente, la desaparición y búsqueda de sus familiares, los han dejado rotos por dentro y será muy difícil para todos, superar el gran dolor que la desaparición de personas ha causado.
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