Monreal

enero 16, 2020

Sin duda Ricardo Monreal es el principal operador político de la 4T, hombre de todas las confianzas de Andrés Manuel López Obrador, con quien suele tener acuerdos sin acartonados encuentros, incluso con desayuno casero de por medio.

El presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado y coordinador de la bancada senatorial de Morena ha asumido la tarea de desfacer entuertos y encauzar a buen puerto a la mayoría de las reformas legislativas impulsadas en el primer año de la LXIV Legislatura federal, esto dicho sin ánimos oficiosos.

Un ejemplo de ello es lo ocurrido con las iniciativas en materia de justicia que debió haber enviado formalmente, ayer miércoles, López Obrador. Aunque se quedó en anuncio y se pospuso para el 1 de febrero, cuando inicie el periodo ordinario de sesiones del Congreso de la Unión.

Pero, ¿qué ocurrió después de que Monreal anunciara la celebración de la ceremonia protocolaria en el Senado y en el que actores fundamentales del gabinete legal presentarían un paquete que, incluso, se llegó a citar con once iniciativas?

Sin duda el factor que provocó posponer el anuncio formal, con sustento en las iniciativas integradas y fundamentadas, ahora se sabe que son nueve en total, fue el hecho de que circularan “borradores” de esos documentos entre legisladores y trascendieran a medios de comunicación, cuyos contenidos provocaron inquietud por sus alcances.

¿Son borradores?

Y es que, entre los temas de eminente condición jurídica se encontraron asuntos que evidencian esa disputa, sí, disputa, por el poder que hay entre miembros del gabinete y que en no pocas ocasiones ha tocado a Ricardo Monreal asumir el papel de mediador para evitar una crisis al interior de las grandes ligas de la 4T.

Entre las reformas que se plantean en “borrador”, está la de dotar a la Fiscalía General de la República de ciertas atribuciones que son incumbencia de la Unidad de Inteligencia Financiera y de la propia Secretaría de Hacienda. ¿Restar influencia a Santiago Nieto, el consentido de López Obrador?

Elemental que, a partir de esta lectura de documentos que se consideran “borrador”, la oposición legislativa manifestara su preocupación, porque de acuerdo con el procedimiento legislativo tendrían que pasar por la aduana de las comisiones y convertirse en dictámenes que luego serían llevados a discusión ante el pleno senatorial, por de pronto se correría el riesgo de que un mayoriteo diera el visto bueno a temas que no son necesariamente correctos ni de beneficio en el combate a la corrupción y el crimen organizado.

Por ello, apenas elemental que Ricardo Monreal asumiera por enésima ocasión el papel de dar la cara y desfacer un entuerto de su amigo Andrés Manuel López Obrador, no tanto de los integrantes del gabinete o de su consejero jurídico, porque él, Andrés Manuel, lo ha dicho: nada pasa sin su opinión.

“Para hacer caldo de pollo hay que tener el pollo”, puntualizó Monreal y con ello acalló voces y presunciones en ese instante en el Senado, aunque para nadie pasó desapercibida la molestia que le causó quedar mal con un tema de suyo fundamental, sobre todo si se recuerda su planteamiento de sacudir al Poder Judicial y, por supuesto, a la procuración de justicia, temas que pasan por las principales oficinas de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, de la Fiscalía General de la República y de la Unidad de Inteligencia Financiera, de Santiago Nieto, quien recibe órdenes del presidente López Obrador y no del secretario de Hacienda, Arturo Herrera Gutiérrez, su jefe jerárquico.

En fin, Ricardo Monreal asumió el papel que le ha tocado jugar y, no dude usted, es posible que a la brevedad se le vea salir de Palacio Nacional a media mañana, luego de desayunar con Andrés Manuel. Imagínese el tema.

Pero, en adelanto de lo que se presentará, ahora sí, en febrero, aquí tiene usted las nueve iniciativas para reformar: Constitución Política federal; Ley de Amparo; Ley Nacional de Ejecución Penal; Ley Nacional del Sistema Integral de Justicia para Adolescentes; Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación (PJF); Ley Nacional de Cultura y Justicia Cívica; Código Penal Nacional; Código Nacional de Procedimientos Penales; y la Ley de la Fiscalía General de la República.

Dura tarea de negociación, en busca de consensos, la que tiene Ricardo Monreal en el próximo periodo ordinario de sesiones febrero-mayo. Y tiene el compomiso con Andrés Manuel porque éste paquete es fundamental en el combate, reitero, contra la corrupción y el crimen organizado. Nueva Leyes se imaginan nuevos procedimientos y delicadas atribuciones.

Es posible que, ahora sí, Alejandro Gertz Manero vea concretar asuntos de su autoría, porque no hay que olvidar que su propuesta de reforma penitenciaria en la administración foxista se quedó como buen deseo que con ese ánimo, entonces, la Conago evitó apoyar y se fue al archivo. Conste

COMO ME LO PLATICARON. Si se trata de investigar la corrupción, el Gobierno de la Cuarta Transformación debía escudriñar el origen de la fortuna de Napoleón Gómez Urrutia y su familia, sobre todo ahora que en redes sociales, Alejandro, uno de sus hijos, exhibe la posesión de al menos 31 vehículos súper lujosos.

En su defensa, se puede señalar que el hijo de Gómez Urrutia puede ser un empresario exitoso, pero una investigación podría definir exactamente cuál es la procedencia real de automóviles y camionetas de las marcas Mercedes Benz, Audi, Land Rover, Mustang, BMV y Mitsubishi, entre otras y si existen vínculos con el legislador.

No hace nada bien que el hijo de un legislador de un partido como Morena, que pregona honestidad y austeridad, se exhiba como un potentado; sin que se pueda definir cuál es el origen de esa riqueza. ¿Esa es la imagen que le conviene difundir de su partido al presidente López Obrador?

De acuerdo con investigaciones del grupo minero Veta de Plata, Gómez Urrutia tuvo inversiones en la cadena restaurantera Nuba Group Inc., durante los 12 años que vivió en Vancouver, con dinero saqueado del Sindicato Minero y esa pudo ser la causa de su viaje de negocios el pasado 2 de enero a esa ciudad, a la cual viajó con pasaporte de Canadá, lo que confirmaría su doble nacionalidad y su imposibilidad para ser senador.

Y conste que ahora se sabe que Napoleón anda en negociaciones con Pedro Haces, senador suplente de Germán Martínez Cázares, y del triple secretario de Gobierno de Puebla, hoy en calidad de ex, Fernando Manzanilla Prieto, para crear un nuevo partido político. ¿Qué dirá Andrés Manuel? ¿Qué opina la señora Yeidckol? Digo.

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