Monsiváis legó «una colección de colecciones»
La Jornada. “Una colección de colecciones” es la que legó Carlos Monsiváis (1938-2010), resguardada en el Museo del Estanquillo, coincidieron el caricaturista Rafael Barajas El Fisgón, el investigador de la fotografía Alfonso Morales, la curadora Miriam Káiser y Henoc de Santiago, director del recinto, al participar en el homenaje que la XX Feria Internacional del Libro Zócalo Virtual le rindió al escritor y ensayista a 10 años de su muerte.
En el acto moderado por Guadalupe Lozada, encargada del despacho de la Secretaria de Cultura local, se abordó una faceta menos conocida de Monsiváis: la de coleccionista. Para El Fisgón el coleccionismo es una actividad cultural fundamental, aunque poco valorada ya que es vista como una cosa de extravagantes o perversos. “Estoy convencido de que Carlos coleccionaba para que no se perdieran las cosas, desde revistas, fotografías y caricaturas. Eso le permitía comprar objetos que eran interesantes a muy bajo precio”, expresó el curador del Museo del Estanquillo.
Toda colección refleja los intereses de su propietario. “Carlos era un hombre de intereses sumamente diversos, desde el arte clásico hasta lo moderno, la filosofía griega, pero sobre todo la historia de México. Era esencialmente un periodista y un extraordinario cronista. La colección refleja la visión de un cronista, lo que explica la cantidad de fotografías que contiene. Le interesaba todo objeto que tuviera un valor cultural, sobre todo cuando podía relacionarlo a México y concretamente su México”, señaló El Fisgón.
A lo largo del tiempo “hemos visto las principales vertientes temáticas que Carlos desarrolló e investigó en sus textos: tienen su correspondencia en la colección. Así hemos hecho toda una serie de colecciones”, agregó el monero.
Morales tuvo la “fortuna” de tratar a Monsiváis y conocer “sus pulsiones, aficiones y obsesiones en relación a casi cualquier objeto cultural circulante. Se refirió a las imágenes fotográficas –sumaban 40 mil cuando Morales hizo su primera aproximación—como la vertiente mayor de su coleccionismo en cantidad. “Creo que el propio Monsiváis no era consciente de las dimensiones que tenía su colección. Nunca fue un coleccionista con un mapa manejable respecto a lo que venía reuniendo desde que era adolescente”.
Para el museógrafo y editor no sólo se trata de una colección de objetos culturales, sino del mundo de relaciones que éstos se establecen al interior de las diferentes disciplinas, aunque también entre ellas. “Todo ese juego de relaciones es quizá lo más relevante de su colección”, indicó Morales.
“Ir a la cueva de Alí Babá”, fue la sensación que tuvo Káiser la primera vez que visitó la bodega del museo para escoger obra para la exposición que curó en 2019 sobre las artes plásticas en la colección. Dijo que Monsiváis “nos sigue dando sorpresas”, y, dado toda la obra que quedó fuera, sugirió hacer un segundo capítulo de Un paso por las artes visuales en la colección de Carlos Monsiváis.
Henoc de Santiago, director del Estanquillo, dijo que la faceta de coleccionista de Monsiváis es única porque “nos cuenta la historia del país y la evolución de la sociedad prácticamente desde el siglo XIX hasta nuestros días, desde diferentes puntos de vista: lo social, cultural, costumbrista y político. Esta colección de colecciones tiene desde objetos de consumo cotidiano hasta piezas que son dignos de los mejores museos de arte moderno del país”.