Museo del Estanquillo presenta la exposición “Librado García Smarth. Eterno resplandor”

Ciudad de México.- El Museo del Estanquillo Colecciones Carlos Monsiváis presenta al público la exposición “Librado García Smarth. Eterno resplandor” de Librado García Smarth, considerado como uno de los artífices de la vanguardia fotográfica durante inicios del siglo XX. La muestra estará disponible hasta mayo del presente año.

“Hay alrededor de 150 piezas estructuradas en siete apartados o secciones que a mí juicio permiten dar una visión panorámica de lo que fue este gran fotógrafo de principios de siglo XX, muy famoso en su tiempo pero quién cayó en el olvido por más de medio siglo”, explicó desde las terraza del recinto el curador David Torres.

Celebró que esta es su primera exposición en un museo, recinto que se encuentra a unos pasos de lo que fue su estudio en la calle de Madero y el cual alberga hasta hoy en día la mayor colección del autor con 70 fotografías.

Beatriz Sánchez Monsiváis, secretaria de la Asociación Cultural El Estanquillo,  destacó el ojo estético e histórico de Carlos Monsiváis, quién a base de investigación lograba conseguir diversas piezas que nutren su colección. “Fue un observador de primera para identificar a los fotógrafos de alta calidad”, compartió.

La exposición acerca al público al quehacer fotográfico de Smarth, de quien destacan retratos a conocidos personajes como Luis Barragán, Jesús Reyes Ferreira, Roberto Montenegro, Carmen Tórtola Valencia y Rosa Rolanda entre otros, además de series y desnudos masculinos que se encuentran entre los primeros en su tipo en la fotografía mexicana.

El recinto, ubicado en Isabel la Católica 26, esquina Madero, en el Centro Histórico, recibe al público de miércoles a lunes de 10:00 a 16:00 horas. Entrada libre.

Acerca de García Smarth

Smarth nació en 1892 y se inició como fotógrafo en 1910. En 1919 se decía que sus retratos no eran fotos sino Smarths que se reconocían, aunque no los firmara.

Perteneció a la generación del pictorialismo, vanguardia que se gestó a principios del siglo XX, en las décadas de los 20 y de los 30, caracterizada por crear puestas en escena con tintes modernistas por medio del retrato, la naturaleza muerta y del paisaje, de la cual transitó para llegar a una nueva corriente que buscó acercarse a los objetos con mayor nitidez y atención en sus formas.