Paciente del IMSS con trasplante de renal llama a cuidar nuestros riñones

Miguel Ángel recibió un riñón hace nueve años.

marzo 25, 2021

Redacción/El Demócrata. Tras la conmemoración del Día Mundial del Riñón, el segundo jueves del mes de marzo, Miguel Ángel “N”, de 30 años de edad, quien en el 2012 recibió un trasplante renal donado por un primo de su papá, hace dos importantes llamados a la población.

El primero es a mantener estilos de vida adecuados que incluyan una alimentación que favorezcan la salud de estos órganos vitales; y el segundo, a actuar con generosidad, empatía y solidaridad ante quienes requieren un trasplante.

Miguel Ángel era asiduo al gimnasio y a los suplementos alimenticios a los 18 años de edad. Tenía una vida normal entre la universidad, la familia y los amigos; de la noche a la mañana presentó agotamiento excesivo que se prolongó, motivo por el cual fue sometido a diversos exámenes que determinaron daño en ambos riñones.

“Conocer el diagnóstico fue una noticia que nos costó asimilar a mí y a la familia. Cambiar mi estilo de vida y alimentación fue difícil, el especialista del hospital del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Orizaba recomendó la hemodiálisis como terapia sustitutiva de la función de mis riñones. En la sala, hasta mis compañeros –todos ya adultos– se sorprendían de que a mi edad presentara daño irreversible en ambos riñones”, compartió Miguel Ángel.

El nefrólogo adscrito al Hospital General de Zona (HGZ) No. 8 en Córdoba, doctor Humberto Niño Bautista, explicó que parte de la función de los riñones es eliminar los desechos y el exceso de líquido del cuerpo; también eliminan el ácido que producen las células del cuerpo y mantienen un equilibrio saludable de agua, sales y minerales (como sodio, calcio, fósforo y potasio) en la sangre.

Expuso que la afectación a los riñones se relaciona con la presencia de enfermedades crónicas como diabetes, lupus, hipertensión y artritis reumatoide, también con infecciones, quemaduras, padecimientos congénitos y exceso de agentes químicos nocivos para el organismo.

“Las terapias sustitutivas como la diálisis, diálisis peritoneal y hemodiálisis cubren las funciones que los riñones han dejado de hacer debido a la enfermedad; el trasplante de un riñón es la mejor opción, dado que permite al paciente retomar sus actividades normales y aunque la ingesta de medicamentos es de por vida, sin duda, mejora considerablemente la calidad y esperanza de vida del paciente renal”, aseguró el especialista.

Miguel Ángel comentó que los médicos del Seguro Social a cargo de su caso, consideraron que por su edad lo más conveniente era un trasplante renal.

Sin embargo, sus padres y hermano no cumplían con las condiciones para ser los donadores, por lo que hubo una persona que se ofreció, pero no acudió a la cita y eso derrumbó y decepcionó a Miguel Ángel.

“El primo de mi papá, de 33 años de edad, decidió regalarme una nueva oportunidad de vida, en sus palabras; lo hizo porque fue testigo de mis enormes ganas de vivir y salir adelante. Hoy lo considero mi hermano y estoy muy agradecido con él y con todo el personal del IMSS, desde quienes me siguen otorgando atención en la clínica No. 4 en Ciudad Mendoza, como en mis citas de control en el HGR y en la Unidad Médica de Alta Especialidad (UMAE), en donde hace nueve años me realizaron el trasplante y actualmente acudo cada cuatro meses a revisión”, apuntó.

Enfrentarse a una enfermedad que hasta entonces no conocía y pasar por franco deterioro físico, depresión, terapias sustitutivas, el trasplante, el rechazo inicial al riñón donado, permanecer aislado dos meses en la UMAE, reingresar por una complicación a una semanas, entre otras situaciones difíciles que ha enfrentado, le enseñaron a revalorar su vida.

De igual forma, expresó que con todo ello aprendió a tomar conciencia sobre el cuidado de la salud y de todos sus órganos, incluido el riñón donado, lo que es posible con una adecuada alimentación, estilos de vida saludables y chequeos médicos periódicos.