Panaderías, negocio que sobrevive ante la crisis económica
Juan David Castilla Arcos. Xalapa. Andrés Morales Hernández pinta de blanco sus manos todos los días. La masa y la harina se impregnan y son casi parte de su piel.
El señor de 46 años elabora todo tipo de pan, y en esta temporada prepara el tradicional de muerto.
Su padre era panadero , por ello, él heredó este oficio, mismo que ha desempeñado con gran pasión durante 30 años.
Cuatro ayudantes lo rodean. Mientras ellos acomodan las piezas en charolas para meterlas al horno de leña, él usa sus dos manos para darle forma a cada uno de sus productos.
Desde que inicia octubre, elabora pan de huevo, de manteca, de granillo y bizcochos.
El alza a costos de la materia prima han afectado su producción.
El bulto de azúcar cuesta 800 pesos y requiere de uno cada tercer día.
“Pero depende de las ventas, a veces hacemos menos pan y el bulto nos dura hasta cuatro días”.
PÉRDIDAS ECONÓMICAS
Durante los últimos años, las ventas de don Andrés han disminuido entre 20 y 25 por ciento.
Lo anterior, debido a que el pan no es considerado un producto de primera necesidad para la población y sobre todo, por la inflación y los bajos salarios a los que están sometidos los mexicanos.
Además, hay personas que no son panaderos pero que en temporada de Día de Muertos elaboran el pan tradicional para comercializarlo.
Esto lo ha obligado a disminuir su producción para evitar la pérdida del producto.
Por la difícil situación financiera debía buscar alternativas para que sus productos llegaran a un mayor número de personas.
Fue así que decidió comercializar su pan de puerta en puerta.
Su negocio se encuentra sobre la calle Moctezuma, entre Xalapeños Ilustres y la avenida Rafael Murillo Vidal, en el Centro Histórico de la ciudad.
GRITO PECULIAR
Andrés y tres de sus colaboradores portan una canasta de panadero en la cabeza y hacen notar su presencia con un grito peculiar en toda la zona.
“Después de trabajar (elaborar el pan), salimos a vender, a buscar, porque las ventas de aquí de la panadería no saldrían”.
Recorren las calles Diego Leño, Bremont, Corregidora, así como también, la avenida 20 de Noviembre y la zona de la Iglesia de La Piedad.
“Si no va uno, la gente lo va a buscar a otro lado (el pan), hacemos lo posible, hay veces que aunque llueva o esté feo el clima tenemos que buscarle, ya ves que en estos días ha llovido mucho”.
El señor considera que la crisis económica ha ocasionado el cierre de algunas panaderías en la ciudad; sin embargo, cree que siempre hay alternativas para garantizar su permanencia.
También las grandes cadenas comerciales han afectado a las panaderías tradicionales.
No obstante, a juicio de Morales Hernández, las grandes empresas comercializan productos sin la calidad que los clientes pueden encontrar en las auténticas panaderías.